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Desde mi escaño

Llámelo asesinato, señor Garzón

¿Cómo etiquetarían ustedes a la persona que comete un crimen, un asesinato o cualquier muerte violenta? Está claro que ese sujeto no pasaría de ser un asesino, un desalmado, un descerebrado, un hijo de las cuatro letras (aunque ninguna culpa tenga su madre). Sin embargo, en España, el número cinco de Unidos Podemos por Madrid, Alberto Garzón, se nos ha descolgado con una propuesta recién salida de su magín que amenaza con ser el nuevo apelativo a cualquier muerte en la que se vea involucrada una mujer, un homosexual o una lesbiana.

Según el ex de Izquierda Unida, los últimos asesinatos de mujeres en España y de medio centenar de gays en un club de Orlando, en los Estados Unidos, no son más que el resultado de la dictadura del heteropatriarcado. Así, con un par y bien tuiteado para que todo el mundo pueda observar el nivel intelectual del amigo Garzón.

Lo que olvida el podemita de nuevo cuño es que, en el caso de la matanza estadounidense, el facineroso que entró metralleta en ristre en ese local no era ningún homófobo, simplemente se trataba de un tarado asesino, un tipejo al que habían lavado el cerebro y que entró en ese club como podía haberlo hecho en un mall (un mega centro comercial que está situado en las afueras de las grandes ciudades de Estados Unidos) y ponerse a disparar como un poseso. Dudo mucho, señor Garzón, que a este elemento le importase mucho o poco la orientación sexual de los asesinados.

Y sobre los asesinatos de mujeres en España. Ya empieza estar uno harto de que se le pongan siempre la etiqueta de crimen machista. Señores, que es un asesinato en toda regla, un hecho repudiable que merece ser condenado con toda la contundencia y, sobre todo, que la Justicia haga su trabajo y ponga a quienes lo cometan entre rejas. Aquí no se trata de la dictadura del heteropatriarcado, se trata, lisa y llanamente, de sujetos inadaptados a la sociedad que deben recibir su justo merecido con años y años en prisión, que se pudran en la cárcel.

Pero mientras sigamos categorizando los delitos en base a si son cometidos por hombres o mujeres, mal nos va a ir. Insisto, matar a un ser humano debe llevar aparejada automáticamente una pena de reclusión y permanecer varios años en la sombra. ¿O acaso alguien como el señor Garzón nos quiere justificar determinados delitos en función del sexo que tenga su autor? Espero que no.

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