¡Chapeau, Rafa Nadal!

Es un campeón dentro y fuera de las canchas. Rafa Nadal, el mejor tenista de todos los tiempos que ha dado España y uno de los más laureados a nivel internacional, ha decidido, con todo el dolor de su corazón, renunciar a competir en el mes y medio que quedaba de temporada, incluido el torneo de Maestros que iba a tener lugar dentro de unas semanas en París.

El tenista manacorí, afectado de una lesión en la muñeca de la cual no se ha recuperado por completo, ha decidido que es mejor parar y sanar definitivamente de esa dolencia que continuar en las pistas con unas molestias que le estaban impidiendo desarrollar su juego a la perfección.

Hay quien, malévolamente, ya le estaba poniendo la esquela deportiva y aseguraba ufanamente que Nadal era historia pasada y acabada del tenis, que en 2017 ya no saltaría a las canchas ni siquiera a partidos de exhibición. Craso error. El tenista de Manacor tiene entre sus retos ganar otra Davis y, sobre todo, redondear su palmarés en Roland Garros venciendo por décima vez en la tierra batida parisina.

Ahora algunos no se dan cuenta, pero Nadal es, probablemente, de lejos el mejor deportista individual que hemos tenido, pero sobre todo una excelente persona, alguien que por encima de su sobresaliente palmarés deportivo, ha demostrado siempre una humildad a prueba de bombas. Jamás ha tenido un feo detalle con sus rivales, ha sabido responder con elegancia a las provocaciones y, en especial, nunca hizo una cuestión de honor las acusaciones de las autoridades francesas sobre su presunto dopaje. Nadal habló donde tuvo que hacerlo y a fe que lo consiguió. Por eso, por este nuevo paso, ¡chapeau, Rafa!