¿Te has contagiado de Covid? Esta es la reacción que puede desencadenarse en algunos 'amigos' y 'compañeros' de trabajo
Vivimos en una sociedad en la que a veces da asco pertenecer a ella.
Lo que les voy a contar no me ha sucedido a mí, pero sí a una persona relativamente cercana.
Hace unas semanas, a finales de 2021, me telefonea para decirme que ha pillado el maligno coronavirus y que, consecuentemente, tiene que aislarse durante diez días en su casa y, por supuesto, nada de ir al trabajo.
Pasa dos-tres días con malestar, pero a partir de la cuarta jornada y hasta el final de su autoconfinamiento no tiene ni el más mínimo síntoma. Pero por responsabilidad ni se plantea abandonar siquiera unos minutos su domicilio.
Termina su encierro y vuelve a la normalidad, al trabajo, a hacer vida social y a lo que sea menester.
Sin embargo, para su sorpresa, desagradable en este caso, se topa con reacciones que son quizá mucho peor que el propio Covid-19.
En su trabajo percibe rechazo de algunos compañeros que, además, se manera bastante necia, le preguntan si tiene el alta médica y si se ha hecho pruebas. Curiosamente, esos mismos compañeros que semanas atrás pasaban de ponerse mascarilla, ahora se la ponen en presencia de esa persona y no disimulan a la hora de ponerse a más de metro y medio de distancia. ¡Acojonante!
Y algunos amigos, no todos, pero sí algunos que se han retratado a base de bien, pasan olímpicamente de preguntarle qué tal va todo durante el período de convalecencia, pero sí que se ponen tensos cuando coinciden con él en un bar o en la calle.
En definitiva, tratan a esta persona como si fuese una apestada social, al estilo de como se lapidaba en tiempos bíblicos a los leprosos, a pedrada pura. Solo que estas piedras no son físicas, sino morales, que casi duelen más que las de verdad.
No es que desee que esas personas tan insensibles y tan miedosas frente a quien ha pillado el puto bicho se contagien. No, no voy a ser tan malo. Pero, desde luego, Dios debería de iluminarles la sesera para que sean conscientes del daño que están haciendo. Alguno parece heredero de aquellos nazis que marcaban a los nazis con estrellas amarillas.
Desde luego, si a alguien lo consideramos amigo o compañero y tiene la desgracia de caer contagiado, lo menos que podemos es brindarle todo nuestro apoyo y nuestra ayuda. Y quien huya como un conejo frente a un conocido que ha pillado el Covid-19, sinceramente, tiene toda mi repulsa y mi rechazo como persona. Y seguramente en el pecado llevará la penitencia.
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