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Desde mi escaño

Menuda cara la de la patronal

Menuda cara la de la patronal

La patronal en España, con la connivencia del Banco de España, y al ritmo que vamos apuesto que también acaban sumándose los sindicatos, sigue emperrada en abaratar el despido hasta cotas inimaginables. Eso de los 45 días por año trabajado no le convence y pretende que salga adelante la medida de que el tope se quede en los 20 días, y dos piedras, añado yo. Como diría muy atinadamente don Lewis Rogers, es tremendo que lo que nunca sucedió con Franco, para quien el trabajador era sagrado y ninguno de sus derechos se podía vulnerar por parte del empresario, resulta que ahora llegan estos yuppies advenedizos y plantean una reducción de nuestras prestaciones que quedaría en habas más que contadas.

Dese luego, personajes como Gerardo Díaz Ferrán, mandamás de la CEOE, sobran en este país, sobre todo cuando van contra la base productiva, el empleado. Lo gracioso es que dentro de la gran confederación del empresariado nacional ha habido algún que otro dirigente que, proponiendo ese abaratamiento del despido, cuando ha tenido que salir de su ocupación, el finiquito reclamado no era de 20 días, sino de 45. Es decir, que manejan con maestría eso de la doble vara de medir.

Y a todas éstas, ¿qué hace el Gobierno de España? Pues nada. Está a verlas venir, como los sindivagos (digo sindicatos). Por cosas menores, al PP le montaron una buena el 20 de junio de 2002, el famoso decretazo, y que acabó con el cese-dimisión del actual alcalde de Burgos, Juan Carlos Aparicio, como ministro de Trabajo. Pero como quien gobierna en estos momentos es un partido de izquierdas y tiene comiendo de su mano a las organizaciones sindicales, no toca organizar ninguna movilización. Es que ni se les pasa por la cabeza.

Por eso, no es de extrañar que sean los ciudadanos de a pie quienes tengan que salir a la palestra y organizar actos como el del próximo sábado en la plaza de Colón, en Madrid, para solicitar que se mande a mudar el señor ZParo. De paso, recomiendo, que también lo hagan los ministros y los secretarios generales de unos sindivagos que están únicamente a la sopa boba. Con este panorama, normal que la patronal esté encantada. Ahora puede mangonear todo lo que no pudo hacer en tiempos del Generalísimo, entre otras razones, insisto, porque el trabajador era una pieza sagrada y vital para que la economía del país prosperase.

 

2 comentarios

Alfredo Landa -

Es genial la publicidad que sale debajo de esta entrada:
"Despidos a 59 €. Le esneñamos como abaratar el despido de sus empleados. Especial RRHH".
Yo mejor cerraría el blog...

Lewis Rogers -

Al ser citado, debo salir al paso. Ni que fuera un refrán, que no lo es. En más de tres décadas de democracia, aún no he visto ninguna norma o ley que favorezca al trabajador. Al contrario, los derechos que teníamos, con eso de que era el proteccionismo de una dictadura, han sido recortados. Que nadie olvide que en España se puede despedir a quien sea sin que sea necesario justificarlo. Basta con la indemnización. En el resto de la UE se necesita al menos un motivo. Aquí ni eso... y ¿nosotros somos el mercado laboral rígido? Otra: el paro nos lo pagmos nosotros mismos cuando cotizamos y da la impresión de que es el Gobierno quien nos ayuda. En fin, habría tanto que escribir... Por cierto, para los empresarios globales: sin trabajadores no hay consumidores. ¿De qué serviría entonces la competitivad, la productividad y todas esas historias acabadas en 'dad' que tanto pregonan los economistas... a sueldo del empresariado.