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Desde mi escaño

Desdoro socialista en Ponferrada

Desdoro socialista en Ponferrada

El PSOE se ha convertido por méritos propios en un partido en el que reina la anarquía (algo que tampoco me extraña, dado que alguno de sus primeros fundadores tiraba por esa línea). Bromas aparte, lo cierto es que en Ferraz deben estar que trinan tras el bochornoso capítulo de Ponferrada y la moción de censura. Sólo a alguien con poca sesera se le ocurriría aliarse con un condenado por acoso sexual para arrebatarle al adversario político la poltrona, pero mucho menos que este acto de indignidad supina tuviera lugar la misma jornada de la celebración del Día Internacional de la Mujer. Rubalcaba pone un circo y no sólo le crecen los enanos, es que los elefantes acaban sometiendo a un régimen de adelgazamiento.

El caso es que el tal Samuel Folgueral alcanzó la alcaldía berciana gracias al apoyo nefasto de un tal Ismael Álvarez, un tipo que se dedicó a acosar en 2001, cuando estaba enrolado en el PP, a una compañera de corporación hasta que la víctima en cuestión optó por ponerle las cosas claritas con una demanda que, evidentemente, le dejó sentenciado para los restos (o eso se pensaba). Y es que este sujeto, al que no inhabilitaron para el ejercicio de la política, sacó representación en las últimas elecciones con un engendro de partido independiente de Ponferrada, suficientes para poder montar la moción de censura y desalojar a los populares de la corporación.

Desde el momento que se tuvo constancia de esta astracanada, en el PSOE se intentó, aunque fuese de boquilla, ponerle remedio, pero ya era muy tarde. Ni Rubalcaba, ni Valenciano ni Óscar López fueron capaces o supieron ponerle coto a la situación y, lo que es peor, es que parece que el tal Samuel Folgueral, que ya no pertenece siquiera a la formación de Ferraz, le importaban los preceptos del socialismo lo mismo que a mí el cultivo de la alcachofa, es decir, cero patatero. Su meta era coger el bastón de mando y darse un homenaje a lo grande.

El PSOE, mientras, mirando el panorama con cara de topos infinitamente asombrados, pero encima, como alguien siempre tiene que poner la guinda, llega Óscar López, el de las tres razones para votar socialismo en España, y dice en rueda de prensa que él no dimite porque, aunque esto haya sido un despropósito, la moción de censura, se ha podido desalojar de la política a una persona que estaba condenada por acoso sexual. Pero Óscar, Osquitar de mi alma, pero si es el mismo tío que os ha puesto las llaves de Ponferrada en bandeja de plata. Hace falta tener mucha desmemoria o mucha cara.

2 comentarios

Máximo Medina -

Es evidente que los socialistas no saben por donde andan, o lo saben muy bien, lo que sería peor. La anécdota de Ponferrada, lo llamo anécdota en plan sarcástico, es el no va más de los paradigmas de la izquierda, el acudir a quien sea con tal de pillar poder. La operación en sí es lamentable y más para un partido que se autodefine como defensor de las mujeres, la justicia y la libertad. En este caso, todo eso brilla por su ausencia y cuando han querido dar marcha atrás el nuevo alcalde se ha visto en el machito y se ha borrado del partido socialista como si nada. Oscar López debería dimitir sólo por coherencia (aunque no le admitan la renuncia) y Valenciano ni siquiera tendría que estar en la Ejecutiva socialista. Rubalcaba, como siempre, ha puesto la fidelidad por encima de la capacidad. Así le va.

María -

Pues si, toda la razón. Aquí lo que se trata es de mojar o de pillar cacho.
Las ideas políticas, a la hora de coger el sillón y sin necesidad de encadenarse, como la Baronesa Tyssen, porque, como los peces en el rio, les votan, les votan y les vuelven a votar; esas ideas se las pasan por...por dónde sea.
Que se quieren cambiar de partido politico para poder manejar los dineros de los ciudadanos y, cuando nadie les vea, se reformo un chalecito o directamente, mete los billetes en un cajón junto a esas ideas, pues, nada, tampoco les tiembla el pulso.

Además, como dices, este angelito, Óscar López, o su partido, después de haber metido (es un refrán) la zorra a cuidar del gallinero; les convenía tenerle ahí para seguir en el sillón, y ahora dice, sin despeinarse, que le pudo el ansia viva para echar a un maltratador. No sé, ¿ estaba en Marte cuando le condenaron?

Hayyyy Rubalcaba, Rubalcaba, que te queda un telediario.


@MMariaSp