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Desde mi escaño

Bergoglio: la misión de modernizar la Iglesia

Bergoglio: la misión de modernizar la Iglesia

Habemus Papam. La Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Románica ya tiene a su nuevo jefe de negociado, Jorge Mario Bergoglio. Tendrá por delante una labor harto complicada, sobre todo porque esta institución, aunque con una lentitud desesperante, es verdad que había avanzado algo en la etapa de Benedicto XVI con una lucha abierta contra aquellos oscurantismos que aún perviven entre sus gruesos muros, como los casos de pederastia o ciertas corruptelas que nunca han terminado de aclararse por completo.

El cónclave, como ha sucedido en las tres ocasiones anteriores, se ha resuelto en la segunda jornada y en sesión vespertina. Como siempre, muchos nombres lanzados como barro a la pared, a ver si pegaba alguno, pero, evidentemente, los caminos del Señor (y de las votaciones) son inescrutables y, por supuesto, en esta oportunidad no iba a ser diferente. Las previsiones y las predicciones han quedado rotas por completo, entre otras razones porque indagar en las voluntades de los purpurinos es casi tan complejo como descifrar un jeroglífico chino.

Dura agenda le queda ahora al sucesor de Joseph Ratzinger al frente del Vaticano. Para empezar, en cuestión de meses, le queda nada más y nada menos que un viaje a Brasil donde tendrá lugar la Jornada Mundial de la Juventud, un acontecimiento que, según algunas fuentes, no era muy de su agrado, no por encontrarse con los jóvenes, sino por la pesadez del desplazamiento en sí.

Sé que resulta una quimera pedirle al nuevo Papa modernidad, pero evidentemente la institución eclesiástica tiene que ponerse al día, no puede seguir dando pasos antidiluvianos, hacer oídos sordos a las necesidades de hoy en día y, especialmente, aunque a alguno le puede reventar los tímpanos, de oírlo, o dejarlo ciego, de leerlo, permitir, como sucede con otras confesiones, el matrimonio. Precisamente, así se evitarían ciertas tentaciones y una serie de comportamientos que son naturales en el ser humano, pero que la religión ha convertido en algo prohibido

4 comentarios

María -

Creo, Máximo, perdona que te tutee, que no esta reñido lo uno con lo otro.
La Iglesia se puede modernizar sin dejar de impartir la misma Doctrina de siempre.
El secreto està en la forma no en el fondo y quizá así dejaria de descender el número de creyentes o practicantes...

Máximo Medina -

Quizás sea demasiado moderado en esta disciplina, pero la Iglesia no tiene que modernizar nada, al contrario tiene que hacer valer sus postulados iniciales en donde se creó el cristianismo. La fe mueve montañas, pues eso, la religión tiene que cambiar a las personas y no al revés. Aplicar todo lo que el llamado Hijo de Dios explicó cuando estuvo entre nosotros es la esencia del relevo de Pedro en el mundo y el Papa (sea quien sea y de donde sea) es la cabeza visible de esa congregación y no como he leído horrorizado 'el gestor' de los católicos. No obstante coincido en que la edad de los Papas no es la idónea para evangelizar y realizar actividades allá donde vayan. Pero nadie es perfecto.

María -

Yo también creo que deberían abrir un poquito las puertas a la modernidad.
No viene nada mal a los católicos dejar entrar una ráfaga de aire fresco en los Templos.
Pero me temo que lo del matrimonio es un hueso duro de roer. Además la Iglesia no esta para eso.

Lo poco que se van a modernizar es con lo que ya empezó Ratzinger, con la entrada en las Redes sociales y lo continúa con su primer twit.

Que me perdone Su Santidad, pero es que elijen a los Papas muy mayores. No se el motivo, pero con su edad, no se sí son 73 ó 77 los años que tiene Bergoglio, da igusl, pero ya no están como para andar viajando de aquí para allá, llevando la religión a todos los países, como hizo Woityla.

Sobre la puntería de las apuestas, vaya chof!!!

Habemus Francisco I

@MMariaSp

E. Vinent -

En su acto de presentación ya hemos percibido cambios, muy ligeros, pero cambios al fin y al cabo. Démosle tiempo...