Blogia
Desde mi escaño

Milagro atlético

Milagro atlético

Un milagro. El Atlético de Madrid se hace con su décima Liga en el escenario posiblemente más inhóspito para cualquier conjunto. No, no me refiero al Nou Camp, sino a la situación actual que hace que dos grandes trasatlánticos como son el Real Madrid y el Barcelona sacaran sus chequeras y sólo en un jugador cada uno se gastaran, como poco 100 millones de euros (Bale y Neymar, respectivamente). Los colchoneros, en cambio, su fichaje de campanillas y a precio de saldo fue David Villa y luego, curiosamente, se duplicaron los cinco kilos invertidos en el asturiano en traerse al defensa Alderweird, al central Guilagouvi y a Leo Baptistao (ya fichado con anterioridad). Todo esto para suplir la baja, importantísima, de Radamel Falcao.

Pese a todo, Simeone volvió a poner al equipo en órbita casi desde el inicio y sólo por el valor de los goles en campo contrario no le ganó la Supercopa al Barcelona (1-1, en el Calderón y 0-0 en terreno culé). En Liga, el equipo empezó como un tiro, con victoria incluida en el Bernabéu y una primera vuelta para enmarcar, con la derrota en el campo del Español, un empate en Villarreal y otro punto en casa contra el cuadro del Tata Martino.

Aún así, el técnico argentino rojiblanco jamás dio por hecho nada, quedaban 19 finales y no sólo se estaba a igualdad de puntos con el Barcelona, sino que el Real Madrid empezaba a asomar la cabeza (y de hecho llegó a estar líder alguna jornada del segundo tramo del campeonato). Además, tras los tropiezos casi consecutivos con Almería, Osasuna (¡vaya dos derrotas!) y un empate casero contra los merengues, ya casi se daba por bueno acabar de nuevo terceros y evitar la temida previa de la Champions. Pero nada más lejos de la realidad.

Esta Liga ha tenido más cambios que las variaciones meteorológicas de la isla de Tenerife y más curvas que las carreteras de Masca o Taganana. Los que empezaron a pinchar fueron los barcelonistas y a renglón seguido los madridistas, de tal suerte que a falta de 4 jornadas para el final, el Atlético sacaba 6 y 4 puntos a blancos y blaugranas, pero a partir de ahí, empieza el festival de despropósitos, sobre todo desde la jornada 36: empate a dos del Barça en casa contra el Getafe, derrota del Atlético en el campo del Levante y empate a 2 del Madrid contra el Valencia, de tal suerte que el Barça se ponía a tres, el Madrid a cinco (pero encima debía jugar un partido pendiente) y en el Atlético ya empezaban a verse fantasmas (aunque se seguía dependiendo de sí mismos).

Pero como he dicho, esta Liga no podía tener un epílogo normal y el Madrid se deja dos puntos en Zorrilla y casi decía adiós a la Liga, algo que confirmaba cuatro días después en Vigo y todo quedaba a expensas del Atleti-Málaga y Barça-Elche. Ambos sumaron lo mismo….¡1 punto! Y eso que se esperaba triunfo fácil de los colchoneros y otra victoria holgada del Barça en tierras ilicitanas, pero nones. Todo para la última jornada.

Y ya, aunque todos ustedes son fieles conocedores, al Atleti no le pudieron empezar peor las cosas. Tras diez minutos de dominio, lesión de Diego Costa, a renglón seguido la de Arda Turan y poco después el golazo de Alexis Sánchez, 1-0 y la Liga cogía color azulgrana. Sin embargo, cuando lo fácil era haber tirado de argumentarlo catastrofista, el Atleti de Simeone se repuso, jugó con lo que tenía y en un córner, sí, de nuevo en otro córner, como el gol de Miranda en la Copa del Rey, ahí emergió Diego Godín para alojar el balón en las redes de pinto, igual que le pasó un 17 de mayo, pero de 2013, a Diego López, que sólo pudo ver meterse el balón en su meta. Eso sí, los 40 minutos restantes fueron sufrir, sufrir y sufrir hasta poder ganar.

Ahora muchos ya miran al sábado porque hay otra oportunidad de oro, la final de la Champions. Se podrá ganar o se podrá perder, pero está claro que a Simeone nadie podrá reprocharle nada. Ganar la Liga (aunque sea de menor valor que la Champions) tiene el mérito de haberse conseguido luchando codo con codo con los dos presupuestos galácticos del fútbol mundial. Quizá haya que esperar otros 18 años u otros 20, pero la felicidad del 17 de mayo de 2014 vale por muchísimas ligas. Felicidades campeones.

1 comentario

Máximo Medina -

Sí, amigo Velarde, quizás sea un milagro la trayectoria del Atlético de Madrid durante esta liga, pero es más bien un milagrito de andar por casa de estos a los que nos tiene acostumbrados un equipo que tarda en cumplir, pero que cumple. Un solo gol ante el Málaga valía para evitar cualquier drama en el Nou Camp, pero no había que esperar y ver cómo Diego Costa y Arda tomaban las de villadiego con sendas lesiones. Luego apareció el uruguayo (Godín) y explotó uno de los puntos débiles del Barça de Martino, el juego aéreo. Ni así los colchoneros explotaron, porque detrás llegó un calvario, aunque con Messi como espectador de lujo (se le agradece), que acabó con el pitido final del consentidor Lahoz. Luego pasaron unos segundos, quizás minutos, incluso horas hasta que nos dimos cuenta de que el Atlético era campeón de Liga. Lo más gracioso fue oír un cántico curioso en la fuente de Neptuno: "El sábado que viene, volvemos otra vez...". Quien sabe, lo mismo...