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Desde mi escaño

Vitaldent o como su dueño quiso dejar caninos a sus empleados y clientes

Su apellido le ha delatado. Ernesto Colman, dueño de la cadena de clínicas Vitaldent, no vio colmada su ambición y ha caído preso de patas en el panal de la pegajosa corrupción. Este sujeto quiso pegarse la vidorra padre y, en cierta medida, lo consiguió, pero, insisto, nunca vio colmadas sus expectativas y quiso seguir aumentando su lujoso patrimonio, lo suficiente como para llamar la atención de los operativos anticorrupción de las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado.

Según una información del diario El Mundo, este personajazo dispone de la siguiente relación de bienes: En 2009, la revista Forbes le adjudicó una fortuna de entre 600 y 550 millones de euros. Ernesto Colman posee un patrimonio impresionante: es propietario de más de un centenar de fincas rústicas, lujosos chalés en las urbanizaciones madrileñas de Las Rozas, Pozuelo de Alarcón, Las Rozas y o en la malagueña Marbella. Tiene también un palacete en Asturias, una casa en Baqueira y un piso en Manhattan además de una treintena de vehículos y un helicóptero que se ha valorado en un millón de euros, propiedades que la jueza ha inmovilizado. Joaquín Torres, conocido como el arquitecto de los famosos, le diseño a Ernesto Colman el chalé en Somosaguas que la Policía ha registrado minuciosamente. Y, de remate, un pueblo de su propiedad en el exclusivo Valle de Arán.

Como buen dentista, el señor Colman fue muy tenaz y muy incisivo en acabar con las caries, pero al mismo tiempo no tuvo problema alguno en anestesiar a sus franquiciados pegándoles unas buenas mordidas consistentes en sacarles una parte de los beneficios en negro para que no constase en Hacienda. Es decir, los pobres dueños de las clínicas sudando la gota gorda para llegar a unos ingresos mínimos y este sacamuelas de tres al cuarto empastándose su vida de lujo estafando no sólo a sus empleados, sino también a la Hacienda pública.

Y sé que es ventajista esto que voy a decir, pero esto tarde o temprano tenía que pasar. Es como el método Opening. Regalar o poner a precio de saldo lo que es un trabajo que cuesta mucha pasta tiene truco. Y a Dios gracias que a este matasanos le han trincado antes de que se pirase de España. De lo contrario, hubiese pasado como lo de las clínicas Funnydent, que el dueño intentó poner los pies en polvorosa después de dejar a clientes y empleados en la estacada después de meterse un buen enjuague con la pasta adelantada.

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