¿Sabrá Pedro Sánchez que con 85 diputados no se puede gobernar?

Me temo que no se va a enterar ni aunque le destaponen los oídos hasta el fondo. Pedro Sánchez tiene claro y asumido, sobre todo tras el fracaso de la investidura de Mariano Rajoy, que él quiere gobernar a toda costa y no le importa que sea con Podemos, nacionalistas, separatistas y bilduetarras, entre otras cosas porque los números le salen. Otra cosa es la idoneidad de ponerte a dirigir el país con gente de todo pelaje. Pero a él, con tal de entrar investido presidente por la puerta principal de La Moncloa y que su mujer pueda estrenar el vestido de gala adquirido hace meses para la ocasión, el del PSOE lo da por bueno.

La ‘reina’ socialista del sur, es decir Susana Díaz, le ha dejado bien claro a Sánchez que con 85 diputados no se puede gobernar (en realidad es que no se podría pensar siquiera en ir a la vuelta de la esquina), pero mucho me temo que los consejos de la presidenta andaluza como los de Guillermo Fernández Vara, el virrey de Extremadura, le resbalan bastante al secretario general de Ferraz. Él no sólo se opone al líder del PP, sino que quiere gobernar el país y no va a parar en barras de nuevo para intentarlo antes de que llegue el final de octubre. Otra cosa es que luego los de Podemos vengan con la cal viva.

A Sánchez, seguramente, no le habrán explicado algo tan necesario como que la oportunidad en política no consiste en trincar el cargo al vuelo, sino que hay que valorar sus riesgos. José Manuel Soria, y el Gobierno en funciones en pleno, ya saben lo que es pasar la vergüenza mediática de intentar colocar al exministro de Industria en el Banco Mundial. ¿Acaso Pedro Sánchez quiere pasar por el mismo desdoro de ocupar la Moncloa no sólo no habiendo ganado, sino apoyado por separatistas y por quienes hasta hace poco explotaban la democracia con goma 2 y el tiro en la nuca? Me gustaría contestar que no, que Sánchez aún tiene gramos de cordura, pero…