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Desde mi escaño

¿Aporta algo que sepamos que María Casado y Toñi Moreno tengan una relación lésbica?

No sé qué puede aportar para cualquier trabajador, especialmente si está expuesto a los focos de la prensa, que se sepa su condición sexual. Insisto, reto a alguien a que me explique qué ventajas puede tener, por ejemplo, conocer que las periodistas María Casado y Toñi Moreno mantienen una relación lésbica. Lo único que ha motivado es que a la primera le haya supuesto un disgusto de marca mayor porque su salida del armario no era pública, sí conocida en su ámbito, y algún ‘boca chancla’ se ha ido de la lengua, se la ha jugado a la periodista de TVE y ahora ésta teme que alguien de su familia pueda ponerse de uñas.

Miren, cada quien debe vivir su sexualidad como más le plazca, disfrutar plenamente de ella, pero nadie tiene que verse forzado a dar explicaciones sobre el particular. Es algo que debe quedar para el ámbito privado y, viendo lo que le ha sucedido a estas dos presentadoras, está claro que puedes confiar en muy poquitas personas porque a poco que te descuides, te la clavan por la espalda con tal de ganar unos miles de euros o una fama efímera.

En España tenemos la pésima costumbre de emparejar a todas nuestras celebridades y en cuanto se vea demasiado tiempo a un hombre atractivo solo o a una mujer de belleza despampanante sin pareja, rápidamente corremos a insinuar o a conjeturar que si son de la acera de enfrente o que no tienen lo que hay que tener para salir del armario. Dejémosles vivir en paz. Es una decisión tan íntima como reservada para ellos. Si algún día optan por hacerlo público, ya lo harán, pero eso será un acto personalísimo.

Pero algunos en este país están empeñados en que todos desvelemos nuestras inclinaciones sexuales y si de ellos dependiera, cuando fuésemos a renovar nuestro DNI nos pedirían, aparte de los datos habituales, si somos homosexuales, lesbianas, transexuales o travestidos. Si, ya sé que puede resultar una exageración, pero habrá a quien se le haya pasado por la cabeza. Y es que hay demasiadas mentes ociosas y muy calenturientas.

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