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Desde mi escaño

Los peligros y los bulos de Internet

Decir que las redes sociales en particular, e Internet en general, nos han facilitado cuestiones de nuestra vida cotidiana es algo sabido y hasta manido. Hoy en día no hay empresa o particular al cual no puedas contactar por estos medios y casi es una rara avis aquella persona que no está en la llamada pomposamente red de redes.

Sin embargo, no todo lo que brilla en las webs es oro. Como en todos los órdenes de la vida, siempre hay quien aprovecha para hacer todo tipo de bromas de dudoso gusto y maldades varias. Esto, sin duda, ha llevado a muchos despachos de abogados a especializarse en Internet y poder recibir y hacerse cargo de casos que les llegan de personas y compañías cuya reputación suele ponerse en entredicho en Twitter, Facebook o páginas especializadas en recoger opiniones sobre viajes, hoteles, restaurantes, centros de ocio, etcétera.

Llevando el ascua a mi sardina, los periodistas, ahora más que nunca, tenemos la ineludible obligación de contrastar un hecho. Desgraciadamente, las redes sociales se han convertido en un patio de vecindad donde un rumor se eleva a categoría de noticia a la velocidad de la luz y luego, evidentemente, pasa lo que pasa, que el medio o medios que dan crédito a algo que ha colgado un tuitero, pero que no deja de ser un hecho parcial, sin pasarlo por un tamiz y al final sucede que te cuelan un gol.

Hace ya un año y pico el diario satírico on line El Mundo Today sacaba una noticia sobre un nieto que fue a visitar a su abuelo al hospital. Como el joven tenía que cargar el móvil no tuvo mejor idea que desenchufar una máquina para alimentar de batería su smartphone. El problema era que el aparato desenchufado era el que suministraba de oxígeno al enfermo y casi, por cuestión de segundos, estuvo a punto de cargarse al anciano. La historia, más falsa que un euro de madera, pasó inicialmente inadvertida hasta que empezó a rular meses después en las redes y un medio le dio categoría de verdad indiscutible.

Bastó con un medio lo sacase para que otros fuésemos detrás como pardillos, para regocijo, claro de los de El Mundo Today que habían conseguido una vez más su objetivo. Eso sí, aparte de comernos una noticia falsa, lo que también ha dejado como poso este hecho es que, a día de hoy, nos hemos convertido en una sociedad tan deshumanizada que damos como normal que un nieto pueda cargarse a su abuelo de una manera tan bizarra. Al final, y si no ya lo verán, acabaremos creyendo que los burros vuelan y que existe el monstruo del Lago Ness.

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