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Desde mi escaño

Magdalena, das pena

La ministra de Fomento (¿y qué fomenta? preguntaría doña Gertrudis. Lios, doña, muchos líos, pero no me interrumpa y me quite la inspiración), la incomparable Magdalena Álvarez, vuelve a estar en el filo de la navaja de la actualidad tras destaparse la pasada semana el derrumbe de un túnel de las obras del AVE de Madrid a Valencia. El follón ha venido no por la caída en sí de la infraestructura, sino porque su gabinete ha ocultado la información a los medios de comunicación y sólo alguno de los trabajadores que pudieron verse afectados (gracias a Dios que pudieron escaparse antes de tiempo) filtró la noticia y es cuando ha podido conocerse en detalle el hecho.

Sin embargo, lejos de ponerse roja como un tomate y reconocer la fatalidad de la realidad, la señora Maleni se ha dedicado a desprestigiar a quienes han destacado en sus páginas o en las ondas esta información, asegurando que si no se ofrecieron datos de la misma era porque se trataba de un incidente menor. Sí, claro, menor. Que se lo digan a la treintena de trabajadores que estaba realizando sus labores en ese túnel. Sólo un milagro les ha salvado, cosa que no pueden decir, por ejemplo, los cuatro obreros que trabajaban en la rehabilitación de un hotel en Cala Ratjada, en Mallorca, a los que se les vino el techo encima. Pero nada, usted insiste en que se trata de un hecho de escasa importancia, como que también quedasen sepultados 15 camiones, que traducidos a su lenguaje se quedan en dos máquinas de pequeño tamaño. Ole, y dos piedras señora.

Y claro, siguiendo su magnífica argumentación, al final tenía que aparecer por algún lado el Partido Popular para echarle en cara que peca de oportunismo político. Pues ya hay que tener cara, señora Álvarez, para argumentar que el PP está sólo a la espera de que sucedan catástrofes. ¿Acaso no montaron ustedes la mundial con las obras del AVE Madrid-Barcelona a su paso por Zaragoza cuando Cascos era ministro?  ¿Ya no se acuerdan de esos geólogos o pseudogeólogos que llevaban a los medios de comunicación amigos para demostrar que era de tal fragilidad el terreno por el que iba a discurrir el tren de alta velocidad que lo más normal era que se produjera un derrumbe? Y ya mejor no hablar de su desafortunada frase de que la desgracia para algunos es que no haya habido desgracias personales. ¿Acaso considera que un partido político o un medio de comunicación van a hacer una fiesta por el hecho de que la inutilidad de su ministerio provoque muertes? Eso es de persona ruin y rastrera, así como lo lee. 

Ustedes, cada vez que tienen una problema, ya sea con los trenes, con los aviones, con los barcos o con las autopistas nevadas tratan de contraatacar con el Prestige. Eso, en su momento, tuvo cierto valor y funcionó como arma arrojadiza, pero ya perdió todo su efecto. La ciudadanía no es boba, pero desafortunadamente no puede poner o quitar ministros. Obviamente, usted dirige Fomento, pero quien es responsable de su mala gestión vive tranquilamente en La Moncloa y se llama Zapatero. Usted, sencillamente, lo único que da es pena por sus lamentables actitudes y aptitudes.

1 comentario

Lewis Rogers -

Si en USA existe el sueño americano, aquí tenemos a una ministra que es la pesadilla de muchos. Es una prueba irrefutable de que el sueño español también existe. Cualquiera puede ser lo que se proponga, siempre que tenga los contactos imprescindibles. La preparación o experiencia no es necesaria, para eso están los asesores. Saludos.