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Desde mi escaño

Los corsarios del siglo XXI

La Sociedad General de Autores, la famosa SGAE, se ha convertido en el paradigma de como ser un corsario en pleno siglo XXI. Las actitudes que está demostrando su presidente, Teddy Bautista, son propias de un sicario, recaudando allá por donde va, colando a espías en actos privados, colándose en iglesias, en bares, discotecas y hasta reclamando su porcentaje en una gala benéfica realizada recientemente por la TV3 catalana. Un portento este caballero.

Afortunadamente, la Justicia está poniendo al individuo donde se merece, es decir echándole abajo todas las denuncias y demandas de cantidad que ha interpuesto, primordialmente porque aunque pudiera tener razón en el fondo, las pierde en las formas y métodos utilizados para obtener las pruebas del supuesto delito. Es más, al final no sólo no ve un euro de indemnización, sino que encima a la SGAE le toca hacer lo propio con los inicialmente denunciados, tal y como sucedió en Sevilla, donde un detective de esta entidad se coló en la fiesta posterior a una boda, acto que era privado y donde grabó sin consentimiento de nadie, ni de los novios ni de los dueños del local. Al final, multita a la SGAE por pasarse de la raya.

De todas maneras, el problema es mucho más profundo, puesto que en realidad la clase política de nuestro país (PP, PSOE y resto de partidos) le dieron carta de naturaleza a su afán recaudatorio. Acuérdense sino del famoso canon. Adquirir un móvil, un mp3, mp4, ipod, discos vírgenes, etcétera, lleva implícito un incremento en el precio por el famoso canon digital, cuyo pago implica que, como vamos a usar inadecuadamente esos sistemas, ya nos sancionan de antemano, pero hete aquí que no podremos de todas maneras copiar y bajarnos cosas de internet  a mansalva. No, no. Se trata de una multa por si acaso, pero que en el caso de que tratásemos de copiarnos ilícitamente una película que nos costaría en la tienda 30 euros, nos volverían a clavar una buena sanción. O sea, que nos castigan preventivamente, pero tampoco podemos cometer ningún delito. 

Afortunadamente, todavía no vivimos en sociedades como la china o la cubana, regímenes comunistas donde todo se controla, incluso este mar sin fronteras que es internet, y por mucho que persiga la SGAE, mientras uno no comercialice lo que se descarga de la red, podrá seguir ahorrándose unos buenos euros. Y no se trata de piratería, que una cosa es bajarme para mí el último disco de Cold Play y otra bien distinta es adquirirla en el Top Manta. Lo que sucede es que si no pagas el alto precio de un disco, una película o un libro, algunos artistas se quedarían sin percibir su impuesto revolucionario, y algunos llevan años rascándose la barriga sin crear nada.

1 comentario

Laura -

Me encanta como escribes. Además de decir verdades como puños, me río muchísimo. Sigue así. Feliz Navidad a todos tus lectores. Un besote