Ni Almunia avala las previsiones de ZParo
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tuvo ayer un lunes negro. Y es que, pese al optimismo exacerbado e imprudente del presidente español, la Unión Europea ya ha dejado caer que la situación económica en nuestra nación va a pasar por un largo período de penurias, llegando a sufrir, en el mejor de los casos, una tasa de desempleo en torno al 19%, una cifra muy por encima de las previsiones de ZParo y Pedro 'Insolvente', digo Solbes.
Lo mejor de todo es que quien tuvo que anunciar tan penosos augurios fue, ni más ni menos, que un futurible a relevar al insolvente ministro de Economía. Joaquín Almunia, sí, ese mismo que hace nueve años condujo al socialismo a sus resultados electorales más desastrosos, se perfila como el nuevo cerebrito de las cuentas del Estado, pero por si acaso, y para que nadie se llame luego a engaño, ya ha pronosticado un recesión de caballo para la economía española. ¡Y eso que aún no tiene ante sí la cartera ministerial!
De todas maneras, las cuentas que realiza la UE para toda la Eurozona eran más que previsibles en lo que concierne a España. No sorprenden esas estadísticas de futuro, pero ya saldrán los que tildan de antipatriotas a la oposición que la economía nuestra está en la Champions League y que generamos más empleo que nadie. Pues qué quieren que les diga. A mí me da que donde único se incrementa el trabajo es en las oficinas del INEM, pero no porque haya más funcionarios dispuestos a no dar un palo al agua, sino más bien por todo lo contrario, porque ahora les toca currar más que nunca para atender a las miles de demandas que reciben a diario. Y esto no es una leyenda urbana, que no hay sino que ver las colas que se producen en las oficinas de demanda de empleo de toda España, ya sea Madrid, Barcelona, Bilbao o Valencia.
Sin embargo, a pesar de tan malos tiempos, nada va a cambiar, sobre todo porque aparte de unos gobernantes nefastos, tenemos a una oposición conservadora mucho más inútil aún, incapaz de mostrarse sólida en sus convicciones, especialmente cuando se conceden entrevistas al grupo de las prisas y de los países. Así, señor Rajoy, no se gana ni la elección a presidente de la comunidad de vecinos. El hecho de que Almunia no avale las previsiones de ZParo no le concede a usted ninguna garantía de rascar bola en las próximas citas electorales, sobre todo después de negar que no había pedido la dimisión de Solbes. Y Pizarro en el olvido, ¡qué ironía!
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