El nulo criterio de la Federación Española de Baloncesto
La Selección Española de Baloncesto ya tiene nuevo inquilino en el banquillo. Se trata de uno de los mejores técnicos del panorama internacional, el italiano Sergio Scariolo, una apuesta en la que todos coincidimos que es acertadísima, pero ello no implica que haya generado cierta polémica por su elección, dado que a otros entrenadores del combinado nacional se les despidió o no fueron del agrado federativo por las razones que pretendo exponer a continuación. Por eso, dejando al margen a Scariolo, un excelente coach y que puede llevar a España a seguir en la élite del baloncesto europeo y mundial, quiero centrarme únicamente en las críticas a la Federación Española de Baloncesto, y muy en especial en su mandatario, el señor José Luis Sáez. El máximo responsable federativo nos vendió hace menos de un año que la salida de Pepu Hernández (campeón del Mundo y subcampeón de Europa, 2006 y 2007) se debía a la incompatibilidad del técnico con los compromisos de la FEB (conferencias, patrocinadores o plena dedicación a la Selección, a pesar de que la actividad de ésta apenas se reduce a tres semanas al año, y eso si llega a la final). El enfado de Sáez vino dado, además, porque el propio Hernández había anunciado su pretensión de dejar la Selección después de los Juegos Olímpicos de Pekín, presumiblemente para ir a entrenar al Unicaja. Para el directivo, eso significaba que, a buen seguro, la cabeza de Hernández iba a estar más puesta en Málaga que en el combinado rojigualdo y opta por darle el finiquito a pocas semanas para el arranque de la cita olímpica. El elegido, Aíto García Reneses, hizo una excelente labor, medalla de plata frente a los dioses del olimpo de la NBA y acto seguido se desvinculó de la Selección para irse a Málaga, donde en principio se esperaba que lo hiciera Pepu. Entonces, señor presidente de la FEB, ¿qué criterio utiliza usted? ¿o sólo se trataba de una revancha personal con Hernández? Porque ya me explicará usted la decisión de poner a Scariolo, un, repito, excelente entrenador, pero que va a estar hasta mayo/junio en Rusia, entrenando a Khimki y no va a poder acudir a ver a los españoles en la NBA, algo que sí le exigía, por ejemplo, a Pepu. Desde luego, todos queremos lo mejor para la Selección e insisto en que la elección de poner al preparador transalpino es la mejor que podía tomar, pero entonces tendrá que reconocer que le tenía manía persecutoria al señor Hernández. De lo contrario, no comprendo este libre albedrío que le ha consentido a Reneses y la carta blanca a Scariolo.
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Luis Miguel Grandoso -