El Heliodoro, siempre así
El CD Tenerife parece haber cogido férreamente la racha triunfal que le pueda llevar a Primera División tras varios años de amarga permanencia en Segunda, donde no ha hecho sino acumular sinsabores desde que cayera en la categoría de plata en mayo de 2002. Desde entonces, nunca el cuadro tinerfeño ha saboreado las mieles de permanecer en puestos de ascenso a estas alturas de competición. Cierto es que aún queda todo un mundo por disputarse, pero es que echando la vista atrás, es como para estar satisfechos con la labor culminada hasta la fecha. Falta, eso sí, el remate definitivo.
Obviamente, el técnico, José Luis Oltra, va a ser el primero en bajar a sus jugadores de la nube en la que se hayan instalados junto a una afición blanquiazul que ya hace sus cábalas y dónde podría materializarse el salto a la élite del fútbol español. El entrenador y sus pupilos hacen bien en salir a la palestra continuamente para afirmar que no hay nada hecho, que todavía queda mucho trecho y que la pugna va a ser encarnizada (y a fe que así será, sobre todo teniendo en cuenta como está la liga en estos momentos). De puertas hacia adentro, seguro que hay un optimismo moderado y eso ayuda mucho más que cualquier refuerzo invernal.
Pero, independientemente de la prudencia que se debe mantener desde el Callejón del Combate, los seguidores si tienen carta blanca para expresar abiertamente sus esperanzas de subir a Primera. Y ello pasa, indefectiblemente, por mostrar en todos los choques que quedan un apoyo como el del domingo ante el Eibar. La mejor entrada de toda la temporada y, a este paso, es posible que los llenos esté casi asegurados de aquí hasta el final del torneo. De acuerdo que la trayectoria invita a ir al Heliodoro, pero no menos cierto es que este mismo equipo apenas ha llegado a convocar a poco más de 10.000 espectadores. Y no me vale el argumento de la crisis económica. Lo que pasa es que en esta tierra, desgraciadamente y como sucede en otros lares, siempre apostamos a caballo ganador, Y ya se sabe que para alcanzar el cielo, antes hay que sufrir en la tierra...o en el infierno.
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Luis Miguel Grandoso -