La Primera está más cerca
El CD Tenerife ofreció el pasado fin de semana una muestra sólida de que la empresa del ascenso a Primera División está más cerca que nunca. La contundente victoria ante el Celta, un rival que, aunque en horas bajas, podía haberse metido en la lucha de ganar en el Heliodoro Rodríguez López, refuerza al cuadro de José Luis Oltra en la segunda plaza, recorta distancias con el líder, el Xerez, y recupera un punto de diferencia con el cuatro clasificado. Ya hay quienes, incluso, comparan a este conjunto con el de Rafa Benítez y dicen que el de ahora es una versión mejorada, que ha ido de menos a más, que está solventando los encuentros con más frescura y que no parece temer a los rivales, aunque incluso le puedan dar sustos de importancia como le sucedió hace unas fechas en casa contra el Elche, con 1-2 mediada la segunda parte y volteo en diez minutos al tanteador, 3-2.
Ahora, la siguiente contienda de los blanquiazules es ante uno de los peores equipos de la competición, el Alicante, penúltimo, aunque con la moral reforzada tras su triunfo en Ipurúa contra el Eíbar. A priori, los tres puntos se vislumbran fácil de conseguir, pero no hay que olvidar que en la Segunda División, sobre todo en las segundas vueltas, los equipos de la parte baja, aunque estén casi sin opciones de salvación, suelen dar lo mejor de sí y amargar, aparte de a los quinielistas, a los rivales que se las prometen muy felices pensando en poder golear a los de abajo. La historia demuestra que no es así, y el propio Tenerife ha sufrido en sus carnes derrotas inesperadas ante formaciones de la zona baja de la Liga. Aún recuerdo en la temporada 88-89, con el conjunto tinerfeño dependiendo de sí mismo como el Burgos, un rival que estaba en los puestos delicados de la clasificación, vino al Heliodoro y derrotó a los pupilos dirigidos entonces por Benito Joanet por 0-1, resultado que, finalmente, nos condujo a jugar la exitosa promoción de ascenso con el Betis.
La ilusión, obviamente, no hay que matarla ni arrinconarla, pero hay que disfrutar en su justa medida. Los blanquiazules están realizando una labor sensacional, con un trabajo serio e impecable y que se pondrá a prueba de aquí a pocas semanas, cuando en el plazo de mes y medio, más o menos, comiencen a llegar las citas importantes y trascendentales. Recordemos que a la isla han de venir la UD Las Palmas y el Xerez como contendientes más complicados, el primero por razones de rivalidad regional y el segundo, obviamente, porque ahora ocupa el liderato. Pero lo realmente crucial se va a jugar lejos del Rodríguez López, ya que los de Oltra han de rendir visita a cuatro campos muy complicados, Vallecas, Anoeta, La Romareda y José Rico Pérez. En la primera vuelta, contra esos cuatro rivales, el Tete sacó siete puntos, que bien pudieron ser algunos más si los arbitrajes, especialmente el día de la Real Sociedad y el Zaragoza, no hubieran sido tan parciales. Ahora, de cara a este segundo envite, hay que ir claramente a por la victoria para quedarse luego en el empate. Ustedes ya me entienden. Sumando de a uno, no te marchas, pero tampoco te recortan y si en una jugada aislada se puede machacar el triunfo, miel sobre hojuelas.
Lo cierto es que el Tenerife está acumulando elogios allá por donde va y es uno de los claros candidatos al ascenso, pero insisto en que hay que seguir en esta línea de cautela. Salvo casos excepcionales, como el temporadón que hizo hace dos años el Valladolid o el ascenso del Atlético de Madrid (2001-2002) pocos conjuntos suben de categoría antes de que queden tres o cuatro jornadas. Así que hay que prepararse para gozar de un equipo que juega al fútbol de maravilla, pero también siendo conscientes de que tarde o temprano nos tocará sufrir. Esperemos, eso sí, que no sea ante el penúltimo de la tabla.
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Lewis Rogers -