El Gobierno y la Justicia 'juegan' con Piedad
Piedad, nombre ficticio de la niña que en su día preadoptó Soledad, se ha convertido en la pelotita de tenis o de ping-pong que va de un lado a otro de las Islas sin que encuentre descanso y, sobre todo, la estabilidad que precisa. A su corta edad aún no sabe lo que es disfrutar de un entorno familiar en condiciones y cuando ha podido tenerlo, la Justicia (siempre ciega e ¿imparcial?) ha decretado que la menor ha de estar ahora con su madre biológica, ahora en un centro infantil a la espera de dictaminar dónde debe vivir. Es decir, entre todos, los servicios sociales del Gobierno canario y una jueza incompetente hasta decir basta, han transformado a Piedad en una maleta que viaja más que el baúl de la Piquer. Lo raro es que, a estas alturas, la niña no sufra jet-lag y desubicación espacio-temporal por mor de unos burócratas que no saben más allá de sus pagas extras y de acabar la jornada a las tres de la tarde (o antes, con un poco de suerte en el escaqueo).
El caso de esta menor y los daños morales que está también sufriendo Soledad viene a constatar una cruenta realidad en España, la de la figura de la preadopción. Pero, vamos a ver señores y señoras responsables de los servicios sociales y de la Justicia en general, ¿piensan que un niño es una mascota, un cuadro, algo que se presta por un tiempo y luego hay que devolvérselo a sus legítimos dueños? Estamos hablando de un ser humano que necesita en sus primeros años de un referente, alguien que le dé cariño, que le eduque, que sepa guiarle en esta vida, es decir justo lo contrario de lo que se está haciendo con Piedad. Es, concretamente un crimen el que está sufriendo esta niña y los autores son varios, desde los ineptos que debe haber en la Dirección General del Menor (o como se llame el invento gerencial) a una jueza que, Dios me perdone, no debe tener hijos.
Habrá quien argumente que es lógico que la niña deba estar con su madre natural, algo que no niego, pero, entonces, ¿para qué se la dan en preadopción a otra persona y dejan que se haga millones de ilusiones para rompérselas en décimas de segundo? Tenía entendido que la fórmula de la preadopción iba encaminada únicamente a ver la compatibilidad que podría existir entre madre adoptante e hija adoptiva, pero está claro que no. Desde luego, que no cuenten conmigo para preadoptar a nadie, al menos mientras se mantenga este sistema. Si un menor no puede estar con sus padres por equis motivos, que la Dirección General de marras mande a ese infante con otros familiares, tíos, abuelos o que lo interne en un centro al uso hasta que los progenitores demuestren ser capaces de poder educar a su retoño o bien que se encuentre a una familia que pueda hacerse cargo de la educación y de darle un entorno adecuado hasta que sea mayor de edad.
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Lewis Rogers -