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Desde mi escaño

Doctrina abortista

Doctrina abortista

El Gobierno de España continúa empeñado en la política del adoctrinamiento. Desde Moncloa han considerado los señores socialistas que los ciudadanos no son lo suficientemente maduros para decidir sobre determinados aspectos y se han lanzado como posesos a decirnos lo que debemos o no debemos hacer. La penúltima batalla de la troupé de Zapatero se centra en el aborto. Se han obcecado en que las niñas tienen todo el derecho del mundo a no proseguir con un embarazo no deseado. No, no existen las política de prevención de riesgos sexuales, no se apuesta por una planificación en los centros escolares, explicar adecuadamente lo que significa el sexo, que no se trata de un juego si no se saben poner los medios para evitar ya no sólo un embarazo, sino las enfermedades venéreas que puede acarrear el estar con uno o con otro. Vamos, que la pastillita que tan alegremente promocionan las señoras Aído y Jiménez sólo vale para evitar el bombo, pero no para neutralizar un posible contagio tras una relación sexual.

Lo cierto es que al final se va a echar de menos al anterior ministro de Sanidad, el señor Bernat Soria. Por muy cutre que fuera aquella campaña sobre el uso del preservativo, al menos el mensaje subliminal era el de no coronar rollos con bombo. Aunque seguía en la línea de banalizar el acto sexual, al menos dejaba entrever una cierta responsabilidad al decirle a los chicos que debían de hacer uso del condón como doble medida de protección, primero por la propia salud de la pareja, para evitar un hipotético intercambio de enfermedades y, por el otro, para no tener que pelearse ante la disyuntiva de un embarazo o un aborto. Pero nada, ido, dimitido o marchado el señor Soria, finalmente los paladines del sexo libre y aborto prácticamente regalado campan a sus anchas y encima, para más inri, se atreven a hablar de seres vivos, diciendo que un feto de 13 semanas no se trata, en modo alguno de un ser humano.

Pero miren, no se confundan. A este Ejecutivo le encanta vender o regalar doctrina, pero difícilmente cumplirán con lo que predican. Si la propia ministra de Igualdad (o de Igua da) ha manifestado en una entrevista periodística que si ella se quedase embarazada, posiblemente proseguiría adelante, que alumbraría a esa criatura que lleva en sus entrañas. Por eso, cada vez es menos lógico que esta clase política quieran presentar unos principios que luego, evidentemente, ellos no van a seguir bajo ningún concepto. De todas maneras, ya para terminar de rematar la jugada, sale el propio Zapinocho a descargar la responsabilidad en los padres, asegurando que, aunque la ley permite ese aborto sin consentimiento paterno o la dispensa a modo de barra libre de la pastillita post coital, son estos los que deben aconsejar a sus hijas, hablar con ellas. O sea, ellos hacen la chapuza, el Gobierno, permitiendo la comisión de tan execrable crimen, pero luego quieren que sean los solícitos padres los que carguen con el marrón de intentar interferir en la decisión de su niña. Seguramente, tal y como están las cosas, el próximo paso que está previsto es rebajar la mayoría de edad a los 16 años para poder votar y, por tanto, ser plenamente libre para hacer lo que les dé la gana. El único objetivo, desde hace tiempo además que se vislumbra, es que Zapatero se perpetúe en el poder, por eso trata de arrimarse a los potenciales votantes en el 2012, esos que le pueden revalidar en la poltrona por los siglos de los siglos.

2 comentarios

Lewis Rogers -

Estos progres adónde creen que van. Sólo nos falta que proyecten una ley en la cual el Estado, es decir ellos, tutelen a todos los menores de este país. Así los educarían y les dirían lo que tienen que hacer en cada momento. Luego, cuando alcanzaran la mayoría de edad votarían al PP. Los jóvenes suelen ser así de agradecidos y de irónicos con aquellos que les dan todo lo que desean. Con lo fácil que es gobernar a favor de un pueblo y no en contra. Ah, ¿que ellos piensan que lo están hacendo bien? Mejor preguntan. Lo mismo ni el propio pueblo les contesta. Y es que la indiferencia suele ser peor que la crítica. Al final, que cada uno haga lo que le dé la gana, pero siempre dentro de la legalidad... Oye... ¿y un reférendum? No, que lo mismo nos sale negativo.

Máximo Medina -

Intentar perpetuarse en el poder es una idea tan peregrina como perseguir ser eterno. Todos tendremos que abandonar este barrio y quizás seamos los únicos animales, dicho en el mejor sentido de la palabra, que tenemos consciencia de ello. Ahora bien, pretender recolectar votos a base de una permisiva ley del aborto es cuanto menos ridículo. El tener un derecho más (insisto en que a mí no parece un derecho sino más bien un permiso o autorización legal) no significa, en absoluto, que los votantes se vayan a inclinar por esa opción. Una joven puede ser muy de derechas y aprovecharse del 'derecho', ¿eso significa que votaría socialista? Además, en este asunto nuestros gobernantes se han lucido. Entre que es un ser vivo, pero no humano, hasta no permitir la 'interferencia' de los padres, vamos de comicada en comicada y encima nada humorísticas. Que un presidente del Gobierno indique que los padres no intervengan en su posible aborto de su hija adolescente es uno de los mayores disparates de la España democrática. Es decir, usted le da casa, comida, paga semanal, estudios y ropa, pero del resto se encarga el Ejecutivo, ya sea educándola (Ciudadanía) o dándole la posibilidad de abortar si la menor lo desea, seguramente, porque la píldora le falló o no pudo comprarla. Un panorama realmente grotesco e impensable en países de nuestro entorno. Si es en esto en lo que vamos a ser pioneros, mejor nos ponemos a la cola... como en otros campos (desempleo, salarios, derechos laborales, etc.).