Crisis turística en Santa Cruz de Tenerife
El turismo en las Islas, sobra decirlo, resulta esencial, es el principal motor económico y en estos tiempos de crisis hay que cuidarlo como la planta más preciada que uno pueda tener en su hogar. Por eso, tras conocer esta información redactada por un compañero en El Día, hay que empezar a preocuparse y, sobre todo, pedirle a nuestras autoridades que hagan algo al respecto, si bien tengo mi propia teoría que luego pasaré a explicar. Según los datos aportados por el periodista Tachi Izquierdo, "el número de visitas diarias de turistas en la capital tinerfeña se ha reducido en un 20% durante el ejercicio de 2008, un dato que, según la estadística elaborada por el Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) y la Universidad de La Laguna (ULL), revela que la mayor caída se ha reflejado en los visitantes del resto del territorio nacional, en un 20,14%. La pérdida de visitantes diarios es de unas 540 personas, cuando la cifra habitual antes de esta bajada era de unos 2.700 visitantes".
Sinceramente, son cifras que, a pesar de que tienen que poner los pelos de punta a más de un empresario del sector de la restauración y a los propios hoteleros, no me sorprenden porque Santa Cruz de Tenerife se ha convertido en esa especie de ciudad fantasma los fines de semana en los que la oferta de ocio para el visitante se reduce, con todos los respetos del mundo, a un rastrillo multicolor que, dicho sea de paso, empieza a tener tentáculos muy crecidos y empieza a sobrepasarse de su espacio (la Justicia dio la razón a los feriantes, pero no hay que tentar la suerte) y a los museos. La gran mayoría de los restaurantes echan el cierre, los comercios, ídem de ídem, y así podemos seguir hasta el infinito.
Sí, ya sé que muchos dirán lo mismo de siempre, ya está este Velarde con la matraquilla de que hay que abrir, que no nos deja ni descansar los domingos. Miren, ustedes son libres de hacer lo que quieran con sus negocios. Soy ciertamente respetuoso con esas tiendas familiares (cada vez las menos) que salen adelante echando horas y mucho sacrificio, pero hay otros comerciantes que se han acostumbrado a la dolce vita, incluso alguna empresa ya de mediano tamaño, en un lugar clave de la calle Castillo, que se permite el lujo de cerrar a mediodía. ¿Acaso es que no tiene empleados de sobra o los que tiene hacen turno partido? Pudiera ser, pero manda 'webhos'. Esos son los mismos que han puesto trabas a la implatación de un gran Corte Inglés o el Meridiano o el Centro Comercial Tres de Mayo. No quieren competencia y eso lo único que hace, aparte de generar antipatías por parte de los consumidores, es echar a los turistas de la ciudad. Vayan ustedes un domingo al sur o al Puerto de la Cruz y verán la vida comercial. Quien quiere abre y quien no, no lo hace. Ahora, desde luego, sé que en Santa Cruz no se puede aperturar al libre albedrío porque la norma lo impide, pero algo habrá que hacer, o acabaremos de por vida con el turismo capitalino.
2 comentarios
Máximo Medina -
Paco el de la Calle El Castillo -
Ya estamos hartos del "Pibe de Ofra", está hundiendo Santa Cruz para paradójicamente aumentar su popularidad y conseguir ganar las futuras elecciones. Pero así nos va...