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Desde mi escaño

Diplomacia desatinada

Diplomacia desatinada

La diplomacia española, desde hace un lustro, goza de un prestigio internacional que ríanse ustedes de Mortadelo y Filemón. En el Ministerio de Asuntos Exteriores tenemos la 'fortuna' de contar con un habilidoso de las relaciones foráneas, un genio de la lámpara maravillosa que es capaz de cambiar incluso de nación lo que todavía, Dios mediante, le pertenece a España. En su momento, con la visita de los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía a Ceuta y Melilla, el señor Miguel Ángel Moratinos fue capaz de confundir las ciudades autónomas españolas con territorios africanos (geográficamente lo son), concretamente bajo la soberanía de sus buenísimos amigos los marroquíes.

La última (o mejor dicho la penúltima) del ministro de Exteriores ha sido la visita a Gibraltar para hablar de todo menos de la soberanía del peñasco en cuestión. Es un lince este Moratinos. Llevábamos más de tres siglos en España sin hacer visitas de carácter oficial ni extraoficial a un territorio que entendemos que nos corresponde y llega Moratinos con la política del desatino a hacer el cretino (uuyyy, qué rima más maja). Sí, lo que ha ido a hacer el encargado de nuestras relaciones internacionales ha sido precisamente eso, el canelo, el pardillo, el tonto del bote y todo lo que a ustedes se les ocurra. ¿Cómo podemos defender ya siquiera el mínimo pensamiento de recuperar este territorio si hemos dado carta de naturaleza al dominio británico?

Y no será porque desde distintos sectores se le ha advertido que se puede hablar de Gibraltar con los ingleses todo lo que quiera, pero nunca mantener una reunión de esas características dentro de el Peñón. Pero nada, Miguel Ángel, muy en su línea, sigue haciendo amigos allá por donde va. Fue capaz de permitir, por ejemplo, que Rodríguez Zapatero se fotografiase con el rey de Marruecos delante de un mapa en el que estaban perfectamente marcados como territorio alauita las Islas Canarias, Ceuta, Melilla y Andalucía. Alguien dijo que eso había sido un burdo montaje, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, existen atlas marroquíes on line donde la red de carreteras del Archipiélago aparece como si fuera de su posesión y hablando de futuras reformas en esas infraestructuras cuando las Islas pasen a la soberanía de los Mohamed, Hassan y compañía.

Pero ya no sólo es lo de Gibraltar o Marruecos. Es que el señor Moratinos nos las ha hecho también gordas con los disidentes cubanos. En todos sus viajes ha ninguneado en la medida de lo posible a los opositores al régimen dictatorial de los hermanos Castro y siempre ha hecho unas reverencias a los tiranos caribeños que ríanse ustedes (por segunda vez) de los postramientos que hacía el ex ministro de Exteriores en tiempos de Aznar, el hombre de los altos vuelos, Josep Piqué. En fin, esta es nuestra diplomacia. Normal que cada vez seamos socios menos fiables y que estemos a punto de conseguir que nos inviten al G-8, pero de los países del subdesarrollo. Nos lo estamos ganando a pulso.

1 comentario

Máximo Medina -

La diplomacia en sí es mantener buenas relaciones con todos los países. En un principio con los más cercanos a nuestro entorno, la UE, luego con los vecinos más próximos y finalmente con los más lejanos. Es una cuestión geográfica. Pues bien, la diplomacia no se puede utilizar para alabar a los afines y menospreciar al resto. Eso no es mantener relaciones, eso es hacer una lista de buenos y malos. Al final, que es lo peor, la diplomacia pesa cada vez menos en el mundo actual. En primer lugar se impone la economía y si fallara nos queda siempre otra opción donde hay armas que entran en juego. Para evitar que estas dos se deterioren entra la diplamacia, pero si no... Moratinos da la impresión de no entender ninguna de ellas. Pero es sólo un peón más de Zapatero, resposable máximo, por decisión propia, de todo lo que atañe a su Gobierno. Los asuntos exteriores, también. Será por ello que ZP se ha visto más veces con Obama que el propio ministro, por citar un solo caso, que hay muchos más. Cuando la alta política aparece, Moratinos se desvanece. Que se alíe con alguna civilización.