El cáncer de piel, un mal evitable
El negocio de los rayos UVA puede tener sus días contados. Tal y como muchos expertos médicos se temían, a pesar de todas las precauciones que esos centros de bronceado rápido pudieran adoptar, la conclusión es que la exposición repetida y no necesariamente por demasiado tiempo acaba por resultar perjudicial para la piel y, por consiguiente, el cáncer de piel acaba siendo la moneda de uso común que sufrirán aquellas personas que quieren presumir de un moreno impoluto y con menos horas de sufrimiento que quien decide tostarse durante días en cualquiera de las playas de nuestro litoral.
Desgraciadamente, algo que suele ocurrir con mucha frecuencia en España es que nos tomamos ciertas informaciones a chacota, no le damos el valor que realmente merecen y ya han salido las primeras críticas aduciendo que no hay una base científica. Bueno, yo no soy científico ni oncólogo, pero me remito a una autoridad en la materia como es el doctor Claudio Otón, quien además colabora activamente en Tenerife con todos los proyectos de la Asociación Española Contra el Cáncer. De siempre he escuchado a esta eminencia médica hablar sobre los riesgos de una exposición prolongada a los rayos solares y en esa advertencia también incluía los perjuicios de permanecer en esas máquinas de rayos UVA.
Sinceramente, es una auténtica pena que muchas personas, por una simple cuestión de irresponsabilidad, de creer que no les va a tocar, acaben con cáncer de piel por el hecho de no tomar las precauciones mínimas. Y ya no hablo sólo de quienes abogan por presumir ante sus amistades de un bronceado espectacular, sino de aquellos que obvian las recomendaciones sanitarias sobre las cremas protectoras adecuadas y sobre las horas en la que la presencia en la playa, incluso vestido, debería estar prohibida. Pero nada, somos un país donde la arena, de doce a cinco de la tarde, está más petada que El Corte Inglés en el primer día de las rebajas. Pero la piel tiene memoria y el maltrato que se le dispense hoy será el castigo, en forma de cáncer, que tendremos mañana.
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Lewis Rogers -
Máximo Medina -