Nuevo truco de magia de ZParo
El presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zparo, vuelve una vez más a ponerse el frac de mago para hacer uno de sus trucos (malos, por cierto) con relación al desempleo. La medida se venía gestando (posiblemente lo único que permite gestar este Ejecutivo proabortista) durante los pasados meses, que no es otra que pagarle a los desempleados de larga duración, y que ya hubieran agotado la prestación por paro, un suplemento de 420 euros por espacio, en principio de seis meses y con el compromiso por parte de esas personas de seguir una serie de cursillos de formación para una posterior inserción en el mercado laboral. Sí, a priori, nadie podrá estar en contra de recibir esa propina que solvente las carencias económicas de una persona o de una familia, pero si uno lo piensa detenidamente, necesariamente se hará la pregunta de millón (ojalá fuera de euros) ¿adónde se va con 420 euros, a 14 por día y sólo durante medio año?
Desde el Ejecutivo se interrumpen las vacaciones para aprobar, entre otras, esta medida, pero una vez se da luz verde a la dádiva, nadie en La Moncloa se para siquiera por un minuto a reflexionar que al final seguirá endeudando las arcas públicas sacando un dinero que no hay, rememorando y recordando los últimos y nefastos años del felipismo. ¿No sería, pregunto, yo más sencillo que se fomente la contratación, que se exima a los empresarios de determinados impuestos a cambio de que contraten personal, aunque no fuesen fijos? La respuesta, en la mayoría de los casos, sería positiva, pero con Zparo todo parece más complejo, parece que la fórmula mágica de su Gobierno es dar dinero a espuertas, sin que cueste esfuerzo a los receptores, pero al final esas cantidades tienen una fecha de caducidad y a principios de 2010 nos podremos ver en una tesitura mucho peor que la que estamos viviendo ahora.
Fíjense, por ejemplo, lo que sucede en Italia. El Ejecutivo de Berlusconi (sí ese presidente de las orgías y de las bacanales varias) lleva un tiempo favoreciendo fiscalmente a los empresarios para que puedan rescatar del paro a personas que llevan tiempo alejadas de la vida laboral. Con esto se consiguen dos cosas vitales. En primer lugar, el dueño de una compañía se ahorra unas cantidades importantes y la segunda, que el trabajador se siente útil, no tiene que vivir de la limosna oficial y, encima, sigue cotizando con todos sus derechos intactos.
Por eso, y aunque esté totalmente en contra de la presión que está realizando la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, la CEOE, con respecto al abaratamiento del despido, a mí me empieza a dar cierto temor que al final Zparo, con todo este dinero que está 'regalando' a manos llenas acabe, cuando no tenga más caudal que ofrecer, claudicando y dando un apretón de manos al señor Gerardo Díaz Ferrán. Esperemos no tener que ver nunca esa fotografía, pero cuando tenemos a un mandatario con tan escasa visión de futuro...todo es posible. Y los sindicatos, por cierto, siguen de palmeros.
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Máximo Medina -