Isinbayeva, una distinción acertada
La campeona olímpica y plusmarquista mundial de salto con pértiga, la rusa Yelena Isinbayeva, ha sido distinguida con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes de 2009. Sin duda alguna, el jurado de estos galardones ha acertado plenamente en su elección, aunque tampoco nadie pone en tela de juicio que había candidaturas sobradamente merecedoras de haber obtenido este reconocimiento, aunque quizá en alguno de los casos, de haber recaído en ellas el premio, tal vez se hubieran escuchado críticas más o menos altas.
Lo que está claro es que una atleta con 27 récords mundiales a sus espaldas tenía todo a su favor para alzarse con el Premio Príncipe de Asturias. De hecho, casi se podría añadir que la concesión de este galardón ha sido como superar el listón más alto al que ha tenido que enfrentarse en su dilatada trayectoria. Los rivales de la rusa eran, ni más ni menos, que el hombre más rápido sobre el planeta, Usain Bolt; el baloncestista y ganador del anillo de la NBA con Los Ángeles Lakers, Pau Gasol; el equipo español de natación sincronizada y el Fútbol Club Barcelona. Desde luego, la nómina de competidores resultaba de lo más atractiva y de lo más intrincado para los miembros del jurado, pero entiendo que se decantaron por la mejor opción.
Y es que lejos de un patrotierismo barato (¿a quién no le hubiese gustado ver que cualquiera de las candidaturas españols fuese la vencedora?), Isinbayeva acreditaba un palmarés mucho más lucido que el resto de posibles eligidos para la gloria. Insisto, 27 récords mundiales, el último hace una semana en Zurich (y superando sólo en unos días el fracaso del Mundial en Berlín), no se hacen todos los días. Cierto es que Bolt, por ejemplo, podía haber superado a la pertigista a toda velocidad, pero quizá, tal y como suelen hacer normalmente los miembros del jurado, se suele valorar una trayectoria (lo de Fernando Alonso fue un capricho de las altas instancias, y por ser asturiano, puesto que cuando se le concedió el galardón aún no se había proclamado campeón del Mundo), no una temporada o unos resultados más o menos cercanos en el tiempo. Gasol, por ejemplo, ya tiene ese reconocimiento, aunque dentro de la Selección Española de Baloncesto por el campeonato mundial del 2006 en Japón. Las chicas de la natación sincronizada también se harán acreedoras a ese título, pero frente a la rusa pertigista no podían oponer sino una pléyade de medallas plateadas y algún que otro oro.
En cambio, lo del Barcelona hubiese sido crear un precedente demasiado peligroso. Y es que nadie va a discutir los méritos de lo que ha realizado el cuadro de Pep Guardiola en una sola temporada, pero lo de hacerse con un triplete en un solo año también ha sucedido en Inglaterra, Alemania o Italia. Si se le hubiese otorgado al cuadro blaugrana, es posible que se hubiesen alzado voces virulentas contra esa decisión, y no sólo en el contexto europeo, sino también en España. ¿O es que ganar cinco Copas de Europa de manera consecutiva o ser el conjunto con más entorchados continentales no merece también ser Príncipe de Asturias? Por eso, para evitar la polémica, y dado el acreditado nivel de Isinbayeva, la decisión del jurado ha sido la más acertada.
2 comentarios
Joan Eloy -
Esas copas que hablas son en blanco y negro. ¿Por qué no darle también el galardón a Jesse Owens, o a Mark Spitz, o a Hércules (en Olimpia -2114)?
Lewis Rogers -