Sáez, culpable del fracaso de España en el Europeo
Cierto. Quedan dos partidos para que concluya la segunda fase del Europeo de Polonia pero, o mucho cambian las cosas, o la España campeona del Mundo y doble finalista de Europa y de los Juegos Olímpicos de Pekín se va a quedar fuera de la lucha por las medallas y, lo que es más sangrante, sin opciones de entrar deportivamente en la cita mundialista de 2010 en Turquía, salvo que sea una de las tres selecciones que reciba la pertinente invitación de la FIBA. Los títulos logrados, obviamente, avalarían que recibiera esa especie de wildcard, pero es más un deseo al aire que una realidad. Por lo pronto, seamos prácticos e intentemos conseguir en la pista lo que no es seguro que nos concedan en los despachos.
Hace meses, cuando fue presentado Scariolo como nuevo técnico de la Selección Española, no tuve una sola crítica para el coach italiano. Es más, pienso que es uno de los mejores del planeta, pero siempre y cuando disponga de los elementos necesarios para desarrollar un juego más defensivo. Se está viendo en todos los partidos del Europeo, tanteadores escandalosamente cortos, apenas se llega en algunos encuentros a los 60 puntos, pero en cuanto el rival te haga 61 o 63, como ayer Turquía, todo se va al garete. Esta España nunca ha servido para fajarse en defensa. Su auténtico fortaleza estaba en un ataque demoledor y en este campeonato apenas hemos tenido ráfagas del combinado que llevaba tres citas seguidas haciéndonos soñar con un dominio de años.
Pero insisto, la culpa no es de Scariolo, sino del inepto que está al frente de la Federación Española de Baloncesto, el señor José Luis Sáez. Su pésima gestión del éxito de España le ha llevado a decisiones tan equivocadas como catastróficas. Nunca tragó al auténtico muñidor de este grupo, Pepu Hernández, al que echó como agua sucia del banquillo alegando no sé que compromisos publicitarios y la incompatibilidad por su ¿vinculación? con el Unicaja de Málaga. Mentiras, todo mentiras. Hernández nunca entrenó al conjunto malacitano, algo que hizo su sucesor, García Reneses. También fue falso el argumento de que un seleccionador no podía estar dirigiendo a la vez a un club. El caso de Scariolo (incluso el técnico italiano dio crédito a las críticas de Reneses) es más sangrante puesto que no sólo es que dirija al mismo tiempo a la Selección y a otro equipo, sino que éste encima es de la liga rusa, suficientemente lejana como, a pesar de poder seguir las evoluciones por internet, priva de poder asistir con regularidad a presenciar partidos de la ACB. O sea, a uno de aquí le niegan el pan y la sal y a Scariolo se le permite eso y más.
Reitero, el míster italiano no tiene ni arte ni parte en ese enredo. Él exigió unas condiciones y la FEB, tan voluble en sus criterios de elección, aceptó de lleno. Ahora, especialmente si hoy se consumase la eliminación de España, será momento de sentarse y ver la idoneidad de la continuidad de Scariolo y sus tácticas más o menos defensivas. Está claro que algo podrido existe en el seno del combinado español porque incluso, con la derrota frente a los turcos, el menor de los hermanos Gasol rajó contra una decisión del técnico y, secundariamente, contra el compañero que erró la jugada. Eso es algo que hacía años que no veíamos y seguramente es un aviso más que definido de un plantel al que le han cambiado la alegría de jugar con Pepu Hernández a los tostones excesivamente tácticos de Reneses y, especialmente, de Scariolo. Por eso, quien tendría que dar la cara sería el señor Sáez y explicar estos desmanes, pero seguramente se enconderá, no querrá asumir la paternidad del fracaso...y ojalá que aún nos traigamos el oro (o alguno de los dos metales restantes) y me tuviera que comer letra por letra este artículo, pero...
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Lewis Rogers -