¿Madrid 2016? Pues va a ser que no
Madrid se juega el próximo viernes en Copenhague su elección como ciudad que organice los Juegos Olímpicos del 2016. Nadie a estas alturas puede negar el fabuloso y sensacional trabajo que ha realizado la candidatura madrileña desde que hace cuatro años, en Singapur, la capital española se quedó a las puertas de haber sido la elegida para 2012. Finalmente fue Londres la ganadora y eso, precisamente, resta bastante opciones para que el sueño olímpico se vuelva a instalar en nuestro país. Aunque sea una norma no escrita, el Comité Olímpico Internacional no es amigo de repetir continente. Hasta donde alcanza mi memoria la alternancia de continentes (a excepción de Sudamérica y de África) ha sido la tónica habitual. México albergó los JJOO en 1968, Munich en 1972, Montreal en 1976, Moscú, en 1980, Los Ángeles en 1984, Seul en 1988, Barcelona en 1992, Atlanta en 1996, Sydney en el 2000, Atenas en el 2004 y Pekín en 2008. En 2012 toca Londres y no parece problable que Europa pueda tener un evento de estas características hasta el 2020 o el 2024, pero evidentemente siempre pueden producirse excepciones.
Lo que resulta evidente es que las candidaturas que llegan a esta recta final cuenta con argumentos muy favorables, pero quienes presentan argumentos muy del agrado del COI son Río de Janeiro y Chicago. La primera de estas ciudades pertenece a un continente sudamericano que jamás ha albergado unos Juegos Olímpicos y, teniendo en cuenta que en el 2014 se habrá llevada a cabo el Mundial de fútbol en Brasil, posiblemente gran parte de las infraestructuras deportivas ya estarían construidas y listas para dos años después. De hecho, insisto, creo que puede pesar bastante la razón de que esta zona geográfica nunca haya disfrutado de la gran fiesta olímpica para que desde el COI se apueste por la ciudad carioca.
La segunda favorita en los pronósticos es Chicago y no hace falta recordar el efecto político que arrastra la presidencia de Barack Obama. Al margen de ese tirón, no olvidemos que ya van dos décadas sin que los Estados Unidos rasquen una cita olímpica, la última fue Atlanta, y después los Juegos han viajado a Australia, Grecia y China antes de que lleguen en menos de tres años a la capital londinense. Por supuesto, tampoco vamos a negar que los norteamericanos están más que preparados para organizar una competición de este calibre y que, en el caso de que los brasileños quedasen eliminados en las rondas previas de las votaciones, Chicago se postularía como la gran favorita.
En el caso de Tokio, por ejemplo, le sucede un poco lo que a Madrid. La Olimpiada más reciente ha sido la de Pekín, territorio asiático, y tampoco imagino a los prebostes del Comité Olímpico Internacional otorgando de nuevo unos Juegos a este continente por esa cercanía temporal, aunque está claro que han existido precedentes y además muy cercanos, 2004 Atenas y en el 2005 se llevaba el gato al agua la candidatura de Londres. Por organización, Tokio también sería una ciudad que cuenta con todo el crédito del mundo para recibir a la gran familia olímpica, pero mucho me temo que será la primera o la segunda ciudad en quedar descartada en las votaciones.
En definitiva, como suele decirse popularmente, todo el pescado está vendido y en esta semana sólo queda confiar en el trabajo de ingeniería diplomática y en las negociaciones económicas para conseguir que algún voto indeciso se una a nuestra candidatura. A veces los rumores no son necesariamente la antesala de lo que pueda pasar. Muchos eran más optimistas en 2005 cuando Madrid quedó fuera por un estrecho margen. Quizá ahora, cuando los factores no tangibles están más en contra de España, se pueda dar la sorpresa y que podamos disfrutar del acontecimiento deportivo más importante del planeta. Todos tenemos una corazonada, pero también tenemos que ser conscientes de que no partimos como los grandes favoritos.
1 comentario
Lewis Rogers -