A este Gobierno sí que hay que jubilarlo
Quienes están rozando los 65 años y ya hayan planificado un maravilloso futuro cargado de actividades de ocio, viajes y cursillos variados, mejor que vayan haciéndose a la idea de que sus propósitos pueden haberse quedado en agua de borrajas. Sí, nuestro magnífico Gobierno de las improvisaciones, también llamado Gobierno de España, ha decidido que hay que elevar la edad de jubilación. Inicialmente, la idea era llevarla de golpe y porrazo a los 70 años, ¡manda castaña! pero al final la broma, que no lo es tal, va a llegar hasta los 67, pero con la posibilidad gradual de que se llegue hasta las siete décadas de vida. Es decir, no sólo no habrá tiempo suficiente para disfrutar de lo que llaman de edad dorada, esa donde nos dedicamos a vagar por puro placer, sino que a poco que alguien se lo proponga, moriremos, no en el intento, pero sí trabajando. Desde luego, hay que felicitar, entiéndase la ironía, al señor Corbacho por hacer que la dependencia de un sueldo dure dos años más, como mínimo.
Pero claro, no sólo está provocando este Ejecutivo un mal casi irreparable a quienes pueden estar rondando los 60 años, sino que también se asesta un golpe casi definitivo a las expectativas del colectivo juvenil, que a día de hoy supone casi un 40% de la población desempleado en España. Si ya supone todo un reto conseguir trabajo en unas condiciones tan precarias como las que actualmente ofrece nuestro mercado laboral, mejor no pensar lo que puede ser si se amplia en 24 meses la estancia activa de personas que deberían de dar paso a quienes tienen menos experiencia o, directamente, no saben ni conocen lo que es un mísero contrato temporal.
Desgraciadamente, tal y como podemos comprobar a diario, a este Ejecutivo se le llena la boca de diálogo social, de defender los intereses de los trabajadores, pero lo único tangible es que el paro crece de manera desmedida, que el propio titular de Empleo anuncia la destrucción de 100.000 puestos más a final de este mes. Con este escenario, verdaderamente, no es de extrañar que en Europa nos miren entre preocupados y socarrones, lo primero porque se teme, fundadamente, que acabemos buscándonos las viandas en otros lugares de la UE y, lo segundo, porque el resto de las potencias continentales se ríen directamente de las medidas que pretende llevar a cabo ZParo en seis meses de Presidencia de Gobierno. Es decir, un señor que ha sido incapaz ya no de reducir, sino de controlar el crecimiento del paro, va a Europa y dice que va a sacar a la UE de la crisis. Vamos, es que es de feriante, pero además de los malos.
En definitiva, no sé cuánto tiempo más tendremos a un Ejecutivo tan ineficaz como inútil, pero personajes de este reducido nivel de gestión ya pasaron hace tres lustros por la Moncloa y entonces casi dejaron las arcas del Estado más vacías y empeñadas que la despensa de una familia de ocho miembros. Lo peor es que tampoco se percibe que desde la oposición, es decir el Partido Popular, se tengan las cosas claras o se esté continuamente vigilando y fiscalizando la labor gubernamental. El tiempo de pactos, de reuniones de café o fotos de saldo entre Rajoy y Zapatero ya se venció y ahora sólo toca que surja alguien que, verdaderamente, se preocupe por lo que realmente nos importa a los ciudadanos, la reducción del paro, pero mucho me temo que ese mirlo blanco hace tiempo que voló o, mejor dicho, que lo dejaron marchar cuando estuvo en el nido y contaba con más aptitudes que otro pájaro de cuenta que hoy no sabe si sube o si baja.
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Máximo Medina -