Tormenta perfectamente económica, política...
¿La tormenta perfecta? Pues sí, el Gobierno de España, sospechosamente, ha estado vivamente interesado en anunciarnos la llegada de un temporal brutalmente destructivo que entraría por Canarias a partir del viernes a mediodía. Sin embargo, a pesar de los pronósticos más agoreros, lo único cierto es que por las Islas sólo hemos tenido rachas de viento ligeramente fuertes, pero nada más lejos de las que tuvimos hace diez días y a nivel de la Península, ahí están las imágenes, siguen resultando más dramáticas las inundaciones que se están registrando en gran parte de Andalucía, aunque desde luego, después de ver las dramáticas escenas en Chile y en Perú, sobre todo en el primer país, casi que parece una broma de mal gusto estar haciendo aquí referencia a la supuesta tormenta perfecta. De todas maneras, lo que a mí me sigue llamando poderosamente la atención es la insistencia del Ejecutivo con el famoso fenómeno meteorológico, incluso hasta la propia vicepresidenta primera, Fernández de la Vega, utilizó algunos minutos de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para referirse al hecho en cuestión. Sin duda, tal y con la que está cayendo en España, con el desempleo, el descrédito en la Unión Europea y las nuevas revelaciones en torno al caso del 11-M, no es de extrañar que los prebostes monclovitas se agarren a lo primero que pase por delante y este fenómeno meteorológico les ha venido de perlas, pero la realidad es que no ha sido tanto como inicialmente se esperaba, aunque se ha conseguido que, por unas horas no se haya hablado de otras cosas en este país. Desde luego, muy mal deben andar las cosas en el Palacio de la Moncloa y en la sede de Ferraz para estar como auténticos fanáticos de la meteorología buscando argumentos informativos que anteponer para evitar hablar de lo que verdaderamente nos importa a los ciudadanos. Por supuesto, no lo voy a negar, es esencial que haya una preocupación desde el Ejecutivo ante la llegada de temporales que puedan poner en peligro nuestra integridad física, que se agradecen las previsiones y que éstas, de paso, vayan mejorando con el tiempo, pero, evidentemente, tampoco se pueden exagerar las cosas hasta el punto de hacernos creer en una rueda de prensa tan importante como la que hay después del Consejo de Ministros que en España no hay otro punto del orden del día más perentorio que la presencia de unos fuertes vientos y unos chubascos más o menos de cierta intensidad. Al fin y al cabo, tal y como hemos podido comprobar en otros países del ámbito europeo o en los Estados Unidos de América, situaciones de inestabilidad meteorológica se han producido desde siempre, pero nunca ha dejado de funcionar la nación tal o cual ni tampoco se ha tenido que utilizar la rueda de prensa de los ministros de turno para advertir de la llegada de fuertes perturbaciones. Esas son cuestiones que se dan por descontadas y ante las que existen planes y protocolos, sin necesidad de tener que inmiscuirse en los asuntos que más nos afectan. Sin embargo, repito, el tiempo siempre es un argumento vital para desviar la atención de los problemas que acucian a los españoles y los socialistas, qué duda cabe, parecen todos muy versados en las isobaras y, aunque entren en conflicto con Aznar, en el anticiclón de las Azores.
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Máximo Medina -
Gema -