Vendaval merengue
La tormenta perfecta pronosticada por la Agencia Estatal de Meteorología llegó en forma de juego y goles al Heliodoro Rodríguez López. Lastimosamente, para los intereses del CD Tenerife, el Real Madrid arribó a la otrora isla maldita, la de las dos Ligas servidas en bandeja de plata al Barcelona, con la fuerza de un huracán dispuesto a no dejar títere con cabeza y sólo le bastó media hora para empezar a arrasar la resistencia de los blanquiazules. El 1-5 final fue el resultado de la diferencia que existe entre uno de los dos equipos que aspira a ganar el entorchado de la regularidad y la Champions y una formación, la insular, que empieza a depender no sólo de sus resultados, sino también de lo que acontece en Zaragoza, Valladolid y casi que pare usted de contar. Las reposiciones radiofónicas sobre las grandes hazañas del CD Tenerife en la década de los 90, aquellas dos victorias que dejaron sin título a los merengues, aquella de la temporada 95/96 en una tarde-noche de diluvio meteorológico y de goles o el trepidante 4-3 con Lillo en el banquillo canario, sólo sirvieron para recordar que cualquier tiempo pasado fue mejor y que, en el supuesto de que se hubiera querido arengar a los actuales componentes del plantel tinerfeñista, esos triunfos vinieron a demostrar que la diferencia de presupuesto hoy, con respecto a hace 20 años, es prácticamente determinante a la hora de desequilibrar cualquier partido, alcorconazos aparte (aunque sostengo que el 4-0 y el pírrico 1-0 fueron producto de una jugarreta de la plantilla a Pellegrini, amén del tesón que le puso el cuadro del extrarradio de Madrid). Ahora, tras el claro revolcón frente a los madridistas, al CD Tenerife no le queda otra que seguir adelante, que aunque ahora se vea la salvación relativamente lejana, máxime tras la victoria de los maños en Getafe, aún hay opciones sobradas, que hay citas ante las que tenemos que tener muy claro que la victoria es posible, como frente al Xerez, Santander, Valladolid, Español, Almería y tampoco descartable contra Getafe, Villarreal o sorprender, por qué no, a equipos como el Atlético de Madrid o incluso al Málaga en su propio feudo. Ahí tenemos 27 puntos más o menos factibles y donde se pueden arrancar entre 15 y 20. Lo importante es no caer en el desánimo y apoyar a la escuadra blanquiazul como ha sucedido frente al Real Madrid, ¿o es que acaso, como dice mi amigo Lewis Rogers, vivimos en una isla donde sólo existen los coleccionistas de acontecimientos y que sólo aparecen hinchas del Tete como setas cuando se está en Primera? Igual habría que aprender de aficiones como las del Betis o las del Atlético de Madrid, que no dejan a los suyos ni en el purgatorio.
2 comentarios
Lewis Rogers -
Faustino Domínguez Hernández -