La ceguera de Rivero
El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero Baute, ha declarado este fin de semana que Zapatero es un problema para España, una magnífica reflexión que, sin embargo, no se ve acompañada de un tirón de orejas asimismo y, si me lo permiten, a los dos diputados nacionales, Ana Oramas y José Luis Perestelo, que con sus abstenciones (por mucho que digan que sus votos o no votos no eran trascendentales) ofrecieron ese pequeño oxígeno al Gobierno socialista para proceder a un recorte que sólo busca fastidiar aún más a quienes ya lo están, los funcionarios mileuristas y los pensionistas, amén de esos casi cinco millones de desempleados en los que no se piensa para nada, pese a ser, curiosamente, la legislatura de prometido pleno empleo.
Evidentemente, a pesar de la existencia de un pacto más o menos sólido en el Archipiélago canario entre CC y PP, al jefe del Ejecutivo regional aún le cuesta ver que ZParo le ha engañado, le tima y le estafará por enésima vez con el llamado Plan Canarias (o como quieran nombrarle). Los dineros prometidos para que se aprobasen los presupuestos generales de 2010 están más verdes que los frutos de una higuera y, ténganlo por seguro, va a pasar bastante tiempo hasta que maduren, igual en el año 2012, por poner un ejemplo.
Rivero considera que su postura y la de sus dos enviados a la Carrera de San Jerónimo es la más efectiva de cara a obtener los mejores réditos y prebendas. Pero no se engañe, amigo mío. El PSOE, cuando logra el poder, no tiene miramientos hacia aquellas regiones donde permanece en la oposición. Ha pasado mucho tiempo desde que en las Islas no manda el partido de la calle Ferraz, tan solo los dos años del virreinato Hermoso-Saavedra y ya sabemos como acabó esa alianza, con la puñalada trapera del primero al segundo y con la ayuda del ahora tan denostado y repudiado Dimas Martín.
También apunta el presidente del Gobierno canario que ahora unas elecciones anticipadas supondrían un verdadero disparate, pero que tal vez, en función de cómo va el famoso recorte, igual dentro de unos meses no sea tan descabellado planteárselo. Pues nada, señor Rivero, manténgase tranquilo en su sillón, disfrute de las comodidades de la Presidencia, goce plenamente de las romerías y de las peregrinaciones y siga con esa política de poner una vela a Dios y otra al diablo. Quizá un día usted y los de su partido se den cuenta de que los mejores años para Canarias fueron entre 1996 y 2004 que, casualidades de la vida, conformaron el período de estancia en la Moncloa del PP, de José María Aznar. Pero nada, sigan echando botes salvavidas a ZP y al final acabarán engullidos definitivamente por una crisis que aquí ya nos ha puesto al borde del 30% del desempleo, con los peores salarios, la educación más nefasta o una sanidad al nivel de Mauritania.
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Máximo Medina -