El pan y circo de ZP
El Gobierno de España, en el más puro estilo populista de la época de los romanos o, más recientemente, del período de la dictadura franquista, ha decidido que por sus reales decretos la reforma laboral saldrá con o sin acuerdo el próximo 16 de junio, en un Consejo de Ministros adelantado por mor de una reunión posterior que hay en Bruselas a finales de esa semana para poner punto y final al semestre de presidencia española en la Unión Europea. Sin embargo, la elección de la fecha para sacar adelante esa reforma legal del mercado de trabajo no se ha hecho al azar y por eso digo que se ha hecho copiando lo que en las épocas más turbias del Imperio Romano o de tiempo de Franco era moneda de uso común, aprobar asuntos trascendentes programando para el populacho grandes espectáculos en el Circo Romano o, más actualmente, partidos de fútbol. De hecho, esa aprobación por los reales decretos de ZP se pretende llevar a efecto justo el mismo día del encuentro que mide a España con Suiza en el debut de nuestra selección en el Mundial de Sudáfrica.
A estas alturas, resulta evidente que a nuestro mandatario no le interesa para nada reventar los derechos de los trabajadores. Es más, se la trae al pairo que suba o que baje la relación de ciudadanos apuntados al INEM. Fíjense como será la cosa (y como se manipulará desde la cocina monclovita) que ni siquiera el dato de 75.000 parados menos en el mes de mayo ha sido un dato del cual haya alardeado en exceso el jefe del Ejecutivo español. Porque sabe que es mentira, que en muchos casos estamos hablando de colocaciones tan breves y tan puntuales que no llegan en algunos casos ni a los dos días. Bueno, es más, aquí, en Tenerife, tenemos el caso de una compañera periodista a la que su empleo sólo le duró unas horas. Vamos, que no sé si llegaría a firmar su contrato cuando ya le estaban dando una patada en salva sea la parte.
En fin, que ZParo, el hombre de los consensos, del talante, del diálogo, de las negociaciones a cuatro, cinco o las bandas que fuesen necesarias, se quita de una vez por todas la careta y nos muestra su verdadera carota, la de un personaje intolerante, tozudo, cabezota y que es incapaz de dejarse asesorar por uno solo de sus más de 600 consejeros áulicos. Este caballero ha dejado de ser un visionario para convertirse, en realidad, en alguien con muy pocos escrúpulos a la hora de reventar la protección social de la clase que sostiene a España, los trabajadores, sean del sector privado o de la Función Pública. Puede ser que aguante la embestida hasta el 2012, pero yo sí que le auguro que el tiempo, lejos de ser su aliado (pensando en que tal vez tiene un año largo para arreglar las cosas), se va a convertir en un enemigo de peso y eso, incluso lo saben en el PSOE, será la ruina de su propio partido.
1 comentario
Máximo Medina -
P.D.: 1) ZP no va a dimitir bajo ningún concepto. 2) La compañera que fue contratada por unas horas se asemeja mucho a reina por un día. Qué triste panorama vivimos: el trabajo ha pasado de ser un derecho a un privilegio.