Secesionismo blaugrana
El todavía presidente (ya sólo le quedan unas horas) del Fútbol Club Barcelona, Jan Laporta, se despide del máximo cargo de la entidad blaugrana haciendo la última de sus fechorías independentistas. El oligofrénico mandatario catalán ha dado luz verde a que el campo donde juega el equipo de fútbol pueda ser una de las sedes del referéndum que tendrá lugar no sé cuándo (la verdad es que tampoco me interesa lo más mínimo) sobre la posibilidad de que Cataluña sea lo que siempre ha deseado este personaje, independiente del resto de España.
Lo curioso de personajes de esta calaña es su doble rasero, su cortedad de miras y como, al final, se pliegan a lo que es políticamente correcto porque saben que sus ideas pueden ser seguidas desde un punto de vista teórico, pero no suele existir el mismo entusiasmo a la hora de llevarlas a la práctica. Laporta lleva años deseando la segregación de Cataluña con respecto a España y ha utilizado la imagen del Barcelona como palanca de impulso de sus ambiciones político-independentistas. Pero la culpa, en realidad, no sólo es de este presidente, sino también de quienes le ríen las gracias.
Porque hoy, amigos lectores, hay elecciones en la entidad barcelonista para escoger presidente y ninguno de los cuatro candidatos que se presentan a la misma se ha manifestado en contra de la idea de Laporta. Es más, todo ellos, en su momento, suscribieron su apoyo a la plataforma Cataluña 2014, que promueve la participación de la Selección Catalana en la fase de clasificación para el Mundial de Brasil que tendrá lugar ese año.
Los socios y simpatizantes del Barcelona en el resto de España deberían de empezar a sopesar si merece la pena sostener a un club que suele estar ocupado por gente poco clara, a los que les mueve más los intereses de corte político independentista que el beneficio de la propia entidad en todas sus secciones. El Barcelona es, junto con el Real Madrid, el equipo con más seguidores fuera de su ámbito, pero la cortedad de miras y de mentalidad de determinados mandatarios hacen que el club aún tenga tintes de provincianismo profundo.
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Lewis Rogers -
Miguel T. -