Paletismo político catalán
Cataluña lo ha conseguido. Y no, no me refiero al famoso Estatuto porque, visto lo visto, tampoco se han salido con la suya los chicos de la independencia, ni los moderados (CiU) ni los más radicales (ERC). Digo que la comunidad ha logrado una de sus ambiciones más perseguidas en los últimos años, cargarse la industria cinematográfica. Por ley, por sus reales decretos, las salas de cine, en los pomposamente llamados por los chicos de Carod Paisos Catalans, tendrán que ofrecer el 50% de las cintas dobladas al catalán. Sí, como lo oyen o como, en este caso, lo leen. Si la gente, por término general, está empezando a vaciar los cines y multicines, ahora la deserción será mayor. Sólo subvencionando y pagando a espectadores de pega que hagan de auténticos figurantes pasivos (y sentados), tal vez se pueda sacar algún rédito, pero lo dudo.
Lamentablemente, para los amantes del séptimo arte, la opción será descargarse películas de la red (con el riesgo de que los mamporrero económicos de Teddy Bautista se presenten en casa), pagar religiosamente 15 euros por el DVD original o, directamente, como en tiempos de la censura, irse a otra comunidad autónoma o tener la suerte de que la sala de cine más cercana proyecte las obras en español.
Los abanderados de la libertad, los que clamaban contra los cortes morales y moralistas de Franco (que al fin y al cabo sólo censuraba imágenes poco decentes) son los que ahora miran hacia otro lado cuando entran en juego las imposiciones lingüísticas, que quieren situar al catalán, un idioma hablado por poco más de un 10% de la población de España, al nivel de la lengua oficial, el español. Pero nada, aquí no se busca la convivencia, sino la imposición por la imposición. La minoría imponiéndose a la mayoría. Se quiere eliminar todo lo que no sea el pensamiento único catalanista y, lo peor de todo, es que eso se está consiguiendo con la connivencia de un Gobierno de España que hace un entreguismo casi pornográfico con tal de seguir en el machito.
Pero nada, permanezcan atentos a sus pantallas (con o sin subtítulos en catalán/castellano/francés/inglés), vean como se descompone la sociedad catalana y, una vez hayan llegado al provincianismo más independentista, tal vez comience a imperar el sentido común. Nadie niega la riqueza de que en una región se hablen dos idiomas, al contrario, eso es una fortuna intelectual incalculable. Lo que no tiene lógica es que se quiera analfabetizar al pueblo llano por la cortedad de unos políticos que, dicho sea de paso, están comandados por un cordobés acomplejado llamado Montilla.
2 comentarios
Miguel -
Máximo Medina -