Mejor no jugar con fuego
El Cabildo de Tenerife (pero podría ser cualquier otra administración, el ejemplo sería igualmente válido) tiene que recordarnos, un año más, las precauciones que hemos de tomar si queremos ir al monte a pasar el fin de semana. Por supuesto, ni que decir tiene que no se pueden hacer chuletadas durante los meses de más calor, pero muy en especial en este fin de semana en el que vamos a estar sometidos a altas temperaturas. El consejero de Medio Ambiente, Wladimiro Rodríguez Brito, ha recalcado que, de no ser absolutamente necesario, ir a nuestros montes este sábado o este domingo sería casi una temeridad por la ola de calor.
Sé que hay muchos ciudadanos, la gran mayoría, que entienden y comparten el criterio del responsable de nuestros espacios verdes. Y no es que Brito esté culpabilizando a nadie de querer provocar un incendio de forma voluntaria. Nada de eso. El problema es que lugares de ocio como La Raíces, La Caldera, Las Mercedes o Afur se pueden convertir en auténticas ratoneras de saltar la más mínima chispa. Un cristal, una colilla lanzada desde un coche o una quema controlada de rastrojos pudiera suponer que esas áreas sean una cortina de fuego y humo en cuestión de minutos y a veces los accesos son tan limitados que sólo existe uno.
Tengo que reconocer que soy un asiduo a estos espacios, en concreto a los que existen en el macizo de Anaga, desde Tegueste hasta Chamorra, pero no dejo de comprender que ahora no es una época ideal para practicar, por ejemplo, el senderismo. Ya solo el fuerte calor te puede acabar dejando en el sitio. Pero, insisto en la idea, lo más preocupante pudiera ser que nos sorprendiera un incendio y ya hemos tenido en esta época ejemplos claros de los efectos devastadores de las llamas en espacios poco accesibles. Y eso que el macizo de Anaga, hasta la fecha, se ha ido salvando (aunque en 2009 se produjeron un par de conatos que mantuvieron algún que otro día en alerta a los servicios de extinción del Cabildo tinerfeño).
Esperemos que este verano pueda ser tranquilo en este aspecto, que no se produzcan más sustos que esos pequeños despistes de agricultores, pero que suelen tener un fácil remedio. No hay que olvidar que los primeros años del presente siglo han dejado episodios muy dramáticos en prácticamente todas las islas a excepción de Lanzarote y Fuerteventura. Con la prevención de las instituciones y con un poco de cabeza por nuestra parte, podremos ganarle este verano la batalla al fuego.
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Luis Miguel Grandoso -