Inda: El merenguismo vomitivo
Eduardo Inda, a la sazón director de Marca, está llegando a unas cotas de criterios paranoicos y esquizofrénicos que podrían superar de largo los famosos 8.000 que ha subido a lo largo de subida el gran Juanito Oyarzábal. Nadie le niega al responsable del diario deportivo más vendido en España que tenga unas filiaciones tan claras como las de ser merengón hasta la extenuación. Pero el periódico que más leen los españoles (y no sólo en Madrid) no tiene necesariamente que inclinarse de manera tan descarada y forofista hacia la acera del Santiago Bernabéu.
Es una lástima, porque uno ha sido lector de toda la vida (gorroneándolo en muchas ocasiones en el estanco de mi amigo Lewis Rogers) de este medio de comunicación y la deriva que ha alcanzado con el señor Inda llama poderosamente la atención. Uno de los mejores directores, al menos en el tratamiento equilibrado de la información, fue Elías Israel, al que defenestraron, precisamente, por darle pábulo a otros equipos, pero muy especialmente al Barcelona. Es más, durante esa época se consiguió que los éxitos de otras formaciones que no fuesen el Real Madrid tuvieran su preponderancia en la portada y en la paginación interior. Pero nada, alguien creyó que eso de poner a los merengues a la altura del resto no era digno y buscaron y rebuscaron hasta colocar al señor Inda
Pues bien, una de las últimas hazañas de este director con camiseta madridista ha sido la de reproducir el cuadro goyesco de los Fusilamientos del 2 de mayo, pero poniendo la cara de Mourinho a colación de lo ‘mal’ que se está portando todo el mundo con el que en Inglaterra llamaban pomposamente The Special One. Hay algo que resulta evidente e irrebatible, que es el historial conseguido por el luso, pero fuera de los títulos conseguidos por este técnico, lo cierto es que donde cojea es en su educación, en su excesivo protagonismo y el creerse la última Coca Cola del desierto.
Ya no sólo es que se permita el descaro de mandar bien lejos a un colegiado, sino que en el affaire con Preciado, el entrenador del Sporting de Gijón, el primero en encender la mecha fue él. Sus palabras sobre que el cuadro astur había reservado a jugadores frente al Barcelona no sólo indican un aire de soberbia, sino que además se cree que aquí ha venido a impartir magisterio al resto. Él no es quien para dar lecciones de táctica o de alineación a los demás y normal entonces que, aunque con un tono tabernario, Manuel Preciado le contestase.
Por supuesto, el gran Inda se ha postulado a favor de Mourinho y encima se cree que ningún comité tiene potestad para sancionarle. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Le ha faltado espetar al director de Marca. Pues nada, siga usted con su exacerbado y subjetivo madridismo, pero le aseguro que, lamentablemente, ha colocado al prestigioso periódico al nivel panfletario del Sport y del Mundo Deportivo.
2 comentarios
Lewis Rogers -
P.D.: Amigo Velarde, debe usted haberse confundido, porque gorronear no lo hace usted nada de nada.
Albert Masfurroll -
Así, en portada se destaca la "'Gran resistencia' de un Almería que en el minuto 18 ya perdía 0-2", mientras que en el interior, el periodista no dudó en describir el partido de la siguiente manera:
"Dos no pelean si uno no quiere. El Almería se fue de un partido perdido de antemano y entro en la historia negra de la Liga. [...] Tampoco se crean que el Barça deslumbró con su juego. Para empezar, ni siquiera tiró de su mejor once".
Paradójicamente, la edición online del mismo diario le da un enfoque totalmente distinto al partido: "El Barcelona da miedo antes del clásico". En la crónica web se destaca que "si en condiciones normales el Barça es un rival temible, cuando le sale todo es simplemente imparable".
Suma y sigue. El diario Marca sigue fomentando con su línea editorial un odio exacerbado que termina en comportamientos violentos. Ellos son los principales culpables del ambiente en el partido Sporting de Gijón - Real Madrid.
Por cierto, otro periódico qu no se puede leer es el diario As. No olvidemos que fue su impresentable director el que inventó el término Villarato...