Godiño, 'el jetiño'
El concejal de Seguridad Ciudadana de La Laguna, Antonio Pérez Godiño, está demostrando tener una jeta de mayor calidad que los mármoles de Macael. No es de recibo que, por un lado, salga a defender a los vecinos y les pida que denuncien a los policías locales que se excedan en su labor y que, por el otro, luego coja a estos mismos agentes y les recorte un 50% del complemento de productividad si no han colocado las suficientes multas. Parece un chiste con poca gracia, la verdad.
El edil nacionalista, en un claro intento de atraer votos hacia la candidatura de Fernando Clavijo, ha querido hacerse el gracioso con los ciudadanos y, aprovechando un incidente reciente en el barrio de la Finca España, les da licencia a estos para que procedan a chivarse ante el Ayuntamiento lagunero de aquellos policías que entiendan que están empleando un excesivo celo en sus tareas. Hay que recordar que la cabalgata de Reyes que discurría por esa zona motivó que se multase a muchos coches mal estacionados y que, posteriormente, los vecinos se cabreasen.
Por supuesto, como en todas las profesiones, siempre existen los desertores del arado y como diría mi estimado Alfonso González Jerez hablar con algunos funcionarios es como intentar entenderse en sanscrito con la mula Francis, es decir totalmente imposible. Pero estoy convencido de que la mayoría de los agentes municipales de la Ciudad de los Adelantados se corresponden con un prototipo de fieles servidores públicos y que tendrán que proceder a las sanciones correspondientes cuando así toque.
Lo que sí parece evidente es que el señor Godiño se ha metido en un jardín de muy complicada salida. No se puede salir a la escena pública a poner de vuelta y media a tu propia policía porque entiendes que se propase en sus atribuciones (cosa que es mentira, dicho sea de paso) y luego recortarles un 50% el complemento de productividad en el caso de que no hayan multado lo suficiente. Vamos, que al final alguno de estos agentes tendrá que multarse a sí mismo para llegar a ese mínimo y no ver perjudicado ese complemento que es la diferencia entre un sueldo más que justito o la posibilidad de darte un caprichito al mes.
Veremos a ver en qué queda toda esta historia, pero ya les adelanto que pinta mal. No es de recibo tratar de ese modo a la Policía Local de La Laguna (ni a ningún otro colectivo, vaya por delante también). Lo que puede conseguir este politicastro es que al final los agentes no sepan qué hacer y que cunda la anarquía. Unos pasarán de mediar en los conflictos y otros multarán a todo bicho viviente para amarrar hasta el último céntimo de la productividad.
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Máximo Medina -