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Desde mi escaño

Jarabe de palo

Jarabe de palo

Pobrecitos mis indignaditos. Sí, pobrecitos que ahora se quejan de represión policial. Claro, es verdad, un agente del orden debe velar por los ciudadanos, aunque alguno de estos, que dudo mucho que ostenten tal condición, puedan enfrentarse a la Policía, llamarla, con perdón, represora, hija de puta, bastarda y así un largo etcétera, se les tiran las vallas de separación, se les arrojan objetos y, claro, lo normal es que esos cuerpos policiales se queden impávidos, como si con ellos no fuese el tema. Hay que echarle guindas al pavo para tener tanta desvergüenza, pero enrojecerse tan poco por ello.

Afortunadamente, en España hace muchas décadas que hemos superado las palizas indiscriminadas de los grises, cuando una simple concentración podía ser disuelto a ostión y tente tieso porque a la autoridad imperante en ese momento le salía francamente de sus reales decretos. Pero lo que no podemos consentir ni tolerar bajo ningún prisma es que ahora se pase al lado contrario, que sean cuatro niñatos que no saben ni de la misa la media ni hombres supuestamente hechos y derechos los que ahora se tomen no sé qué justicia por la mano y quieran imponer ello el orden o las reglas del juego. No señor, ustedes son unos perfectos antisistema a los que ya la broma de hacer el ganso en el campamento quechua (de mal gusto, por cierto) se les ha ido de las manos hace muchos días.

Ahora estos perroflautas y agregados del vertedero pretenden reventar la constitución de las corporaciones, acudir a las sedes de un determinado político. Están indignados contra nada porque en realidad protestan por todo, por el vuelo de una mosca, por una mota de polvo. Son una panda de desahogados que no tienen más preocupaciones que la de hacer millones de asambleas para jamás llegar a un acuerdo. Me recuerdan a un personaje que describía el genial Alfonso González Jerez, que era tan bruto que vivió toda su vida entre cuatro paredes porque era incapaz de encontrar la puerta de salida. Pues estos desarrapados son exactamente igual de mononeuronales, habla, hablan y hablan, pero son inútiles cum laude para llegar a un consenso…pero si hasta el sector femenino se las ha tenido que pirar a vela llena porque, estos progres de cartón (sobre todo Don Simón) tenían y tienen actitudes machistas y cavernarias.

En fin, ahora dicen que se van a meter en los barrios, en el transporte público, especialmente en el metro, para darnos la perorata con sus ‘inquietudes’. Yo, por si acaso pretenden darme un papel, llevo mi kit de la gripe A preparado, porque ya que no lo tuve que utilizar, igual ahora sí que le doy uso. Estos sí que son una auténtica pandemia y no hay vacuna que lo cure, salvo recurrir a acciones extremas y encima ellos mismos las buscan. Es decir, el remedio salvador es el jarabe de palo (pero el real, no el de Pau Dones).

2 comentarios

morgan -

yo también animo a esos que quieren que se les escuche hacerse conocer de otra forma que no sea chuleando a la policía , después de todo ellos solo intentan mantener el orden y no desean ni herir a nadie ni salir heridos. Lo que tampoco pueden estar es de brazos cruzados mientras Madrid se llena de tenderetes. Así NO se hacen las cosas.
soy de Murcia y este verano fui a Madrid de viaje; volví con una muy mala imagen de lo que ocurre allí y de sus gentes, esquivando a todos esos grupos de concentraciones por miedo a que me pegaran una paliza. Es realmente penoso.

Yo tengo mis propias ideas , mayormente no las comparto con ellos, pero ésa no es una alternativa , no es una opción , no es un modo. El que busca igualdad y respeto y la busca sacando los dientes no la merece. Tenemos derechos y deberes. El respeto no es un derecho es un deber para todos.

Animo a la gente a tomar la alternativa de crear su partido y exponer sus ideas.


PD: también tengo familia en la policía y sufro por ellos cada día y en todo momento porque es ocurra algo trabajando con algunos de estos "indignados" gentucilla con ganas de guerra a mi parecer.



un saludo desde Murcia

Máximo Medina -

Lo típico de España. Algo que empieza siendo una iniciativa hasta cierto punto loales, termina como el rosario de la aurora. De antisistemas pasaron a ser simples gamberros que se creen con derecho a todo y el único que tienen en realidad es el de manifestarse e incluso de reunirse. Pero de ahí a pretender que se les tenga en cuenta en todo, media un abismo. Lo mismo el bautizado Movimiento M-15 acaba conviertiéndose en partido político y así se verá realmente lo que buscan: arreglar sus propios problemas y no los de los demás. Por otro lado, se han condensado tantos individuos de tan distintos colores que resulta casi imposible llegar a algún acuerdo. Algo normal y hasta anacrónico.