Ginés Meléndez, el sentido común con un par
Chapeau, genial, magistral, sencillamente formidable. La actuación de Ginés Meléndez, seleccionador español de la sub-19 de fútbol al quitarle al jugador Juan Muñiz la bandera asturiana antes de ir a recoger el título de campeones ha sido toda una lección de lo que otros técnicos debían haber hecho en su momento. Le guste o no a esos autonomistas-nacionalistas independentistas convencidos, cuando una selección española está sobre el campo, representa eso, a una nación, a todo un país. Claro que hay asturianos, vascos, catalanes, gallegos, andaluces o madrileños, pero todos reman bajo la misma bandera, la rojigualda y me parece una memez absoluta salir con una enseña que, en ese momento, no se está defendiendo sobre el terreno de juego.
Meléndez, con perdón, los ha tenido bien puestos para salir a la palestra y quitarle la bandera asturiana, que es exactamente lo mismo que tuvo que haber hecho Luis Milla hace tan solo unas semanas cuando Iker Muniaín salió a hacer el espantapájaros con la ikurriña o, peor aún, el jugador canario Pedro, que, tras ganar España el Mundial, no sólo no se conforma con no salir ondeando la bandera española, ni siquiera la canaria constitucional, sino que me saca a relucir el trapo inmundo de las siete estrellas verdes. Cierto es que en medio de todo el jolgorio, a veces no es fácil estar atento a todos los detalles y encima no le íbamos a pedir a Del Bosque que, después de conducirnos al mayor de los éxitos en nuestro balompié, encima se enfundase el disfraz de sheriff, pero es evidente que el paletismo-nacionalista impera en nuestro deporte.
Por eso, es más que reseñable lo que ha hecho Ginés Meléndez, un experto, todo un zorro de los banquillos, que sabe perfectamente que por la unidad se llega a lo más alto y cuando presenció la mamarrachada de salir con una bandera que en ese momento no representaba a la Selección Española, no dudó un solo instante en ir hacia el jugador y quitársela, además sin miramientos. Ya era hora que alguien hiciera los deberes en este aspecto, que se acabase con esa bobería de catalanes, madrileños, valencianos, gallegos o andaluces. España somos todos, desde Canarias, Ceuta y Melilla al poblado más recóndito del Valle de Arán.
Y sé que habrá quien me tilde de intolerante, retrógrado, totalitarista y hasta fascista, pero ante esas hipotéticas acusaciones yo les invito a hacerse la siguiente reflexión. Repasen ustedes la videoteca y observen cuidadosamente las celebraciones de la selección estadounidense de baloncesto o las de Brasil, Francia, Alemania, Italia, Argentina o Uruguay, ¿han visto a alguien con otra enseña que no sea la de su país? ¿han visto a alguien con la bandera de California, Pernambuco, Alsacia, Renania, Toscaza, Salta o Montevideo? ¿Verdad que no? Pues eso, dejémonos de mamarrachadas, así que chapeau a Ginés Meléndez por su valentía, gallardía y, en especial, por eso fino sentido común, que no es nada fácil tal y como andan los tiempos por estos lares.
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Máximo Medina -
Alberto -