Triple dosis de jarabe de palo
Los españoles debemos ser idiotas. Sólo de esta manera se puede explicar que en un Estado de derecho asistamos impasibles a la toma de calles y plazas por parte de un grupo de piojosos y vividores del aire sin que la policía pueda hacer mucho más que acordonar esos foros públicos y, a lo sumo, desalojar a estos jetas, pero haciéndolo con mucho cuidado, mimo y dedicación, no vaya a ser que en la maniobra del desahucio contemplado y tasado por la ley se vaya a desarmar y desmontar alguno de estos sujetos perroflautistas.
Lo cierto es que a estas horas de la mañana aún no consigo asimilar la astracanada que hemos vivido en la capital de España. Resulta que, por un lado, los agentes policiales consiguen desalojar definitivamente la infecta acampada que estos mamarrachos tenían implantada en la Puerta del Sol, pero poco después, ya en la tarde-noche, estos indignados de cartón se rebelan y dicen que hay que tomar la plaza madrileña porque dicen que es suya…¡y de todos! Aquí es donde se ve y donde subyace ese comunismo que intenta igualar a todos, que prescinde de la propiedad privada, pero en realidad todos ansían ese poder de pertenencia y ahora salen con la gilichorrada de que la Puerta del Sol es de ellos. ¡Toma castaña!
Por suerte, el cordón policial evitó que volviesen allí con las quechua y los cuatro tablones (los de madera y los etílicos), pero también jeringó al resto de los ciudadanos, los que nos consideramos normales, porque no se pudo acceder a Sol ni a pie ni por transporte, ya que hasta las propias estaciones quedaron clausuradas. ¿Y los comerciantes de la zona? Pues una vez más a pagar las acciones de estos cuatro indignados que tienen Madrid patas arriba.
Y claro, los efectivos policiales realizan una labor encomiable, pero los agentes son los que son, limitados y no pueden descuidar los otros problemas que se generan en una gran ciudad, así que esa falla logística la aprovecharon los del clan del perro flauta para irse a la Plaza Mayor, tomarla y quedarse allí a disfrutar de la noche madrileña, para sorpresa, horror y asco de que quienes pasaban por allí o, simplemente, disfrutaban de una deliciosa cena a albur de una geografía celeste estrellada.
Lo peor de todo es que estos sujetos van a seguir así hasta que no se les recete el jarabe de palo, algunos además requieren triple dosis. Aquí no es una cuestión de ser o no ser violento, se trata lisa y llanamente de cumplir con la ley y si usted y yo no podemos ocupar mañana mismo la mitad de la calzada de la Gran Vía porque, en primer lugar, nos atropellaría el primer coche que pase o nos echaría amablemente un agente de policía (y si nos negásemos, multa al canto), no entiendo por qué a estos elementos se les ha dejado llegar tan lejos. En fin, aún me acuerdo de las palabras del ya candidato del PSOE cuando aún ejercía de ministro del Interior y soltó aquella perla en vísperas de la jornada de reflexión sobre el campamento piojoso del 15-M: “La Policía está para dar soluciones, no para crear problemas”. Queda claro cuál fue la solución, ¿no?
2 comentarios
Atticusfrinch -
Máximo Medina -