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Desde mi escaño

Tunneling

Tunneling http://www.youtube.com/watch?v=jgfWHDN9Wbw

Noticias veraniegas. Las autoridades costeras estadounidenses, concretamente las de California, estás preocupadas por un nuevo fenómeno, el tunneling, que consiste en excavar a fondo en la arena de la playa y luego intentar hacer una especie de túnel, de ahí el palabro tunneling, para salir por otro lado. La tontería supina es que esto se hace directamente, sin ningún tipo de precaución y de protección física y ya ha causado algún severo susto a sus practicantes. De hecho, este pasado fin de semana se tuvo que proceder al rescate de uno de estos atrevidos o, mejor dicho, imprudentes.

De todas maneras, sin querer desmerecer a los norteamericanos, en este caso tengo que enmendarles la plana y decirles que este fenómeno ya se ha dado con anterioridad en España. Hace más o menos un año en el norte de Tenerife, concretamente en la playa de El Arenal, en la localidad lagunera de Bajamar, un turista alemán se dedicó a esta absurda actividad y al final provocó que hasta tuviesen que venir dos helicópteros porque, entre otras razones, es un punto de muy intrincado acceso. Afortunadamente, el imprudente bañista pudo ser rescatado sano y salvo, pero imagínense el susto no sólo que se llevó él, sino también quienes estaban en la zona. El rescate fue de película, tal y como se puede presenciar en el vídeo, aunque en este caso tuvo un final feliz, pero que debería hacernos reflexionar (http://www.youtube.com/watch?v=jgfWHDN9Wbw).

Y es que en la época estival no sé que nos pasa a la especie humana, pero empezamos a inventar una serie de bobaliconadas que, además, acaban por poner en riesgo nuestra propia vida. Hace un par de años estuvo en boga la idiotez del balconing, ese riesgo tan absurdo como innecesario de jugarse la vida a lo tonto saltando desde el balcón de la habitación del hotel a la piscina. No sólo había que pensar en las consecuencias propias de un mal salto o de una altura excesivamente elevada, sino también poder llevarse alguien por delante, a una persona que, sin comerlo ni beberlo, fuese víctima de semejante mamarrachada.

Con la de actividades tan majas que se pueden hacer en este período de estío: montar en bicicleta, nadar, conocer nuevas ciudades, leer, aprender a manejarse por internet, pasear, tomar un helado, un refresco, ir al cine, iniciarse en un nuevo idioma, ir al parque de atracciones, etcétera; no sé por qué al final sólo salen a la superficie los malos ejemplos. En fin, sólo espero que a esos amantes del riesgo también sean víctimas de otro fenómeno, indoloro físicamente, pero doloso para el bolsillo, el multaning o el sancioning.

1 comentario

Máximo Medina -

Este relato me ha hecho recordar una frase de Albert Einstein por la cual ya debería haberse hecho famoso y no sólo por su teoría de la relatividad: "El universo es enorme, pero la estupidez humana es aún mayor". Esto del tunneling me parece de lo más absurdo, más que nada porque cuando uno va a la playa se supone que es a descansar, a tomar el sol y como mucho tomar un baño en las saladas aguas del mar. Pero de ahí a ponerse a trabajar en plena arena haciendo un agujero sin finalidad alguna, me resulta de lo más tonto. Lo de los balcones también es otra bobería y quizá lo que busca el personal en estas historias es simplemente llenarse de adrenalina poniendo en riesgo su propia vida. Si los rescates luego tuvieran su factura, así como la asistencia sanitaria, otro gallo nos cantaría. Las antiquísimas serpientes de verano se han convertido en estupideces estivales.