ZapaAteo
La Jornada Mundial de la Juventud ya ha comenzado oficialmente. Madrid es un hervidero (en todos los sentidos) de fervor y calor cristiano para recibir dentro de dos días al Santo Padre. Centenares de miles de jóvenes pueblan tranquilamente las calles y los establecimientos de comida rápida de la Villa y Corte. Ningún gesto malsonante, ningún numerito, todos ellos perfectamente acompasados y entendiéndose perfectamente, aunque unos sean de Perú y otros de Australia. Da lo mismo, el idioma de la fe es internacional y a veces sólo basta hablar con el corazón para entenderse sin necesidad de intérpretes.
Por mucho que le reviente a esta izquierda intransigente, atea y anticatólica, heredera de aquella que se dedicó a la quema de iglesias y a pasar a cuchillo y paredón a miles de curas en España, lo cierto es que en este país somos mayoría los que tenemos unas creencias, unos valores religiosos que no se pueden borrar de un plumazo. Los decretazos de ZapAteo han conseguido un efecto boomerang, un llenazo de las iglesias y que sean muchos los que se han volcado desinteresadamente en la organización de la JMJ. E insisto en algo fundamental y primordial para que nadie se llame a engaño, que esta Jornada no le cuesto un solo euro a los españoles, todo está costeado por los voluntarios y esas empresas que han querido colaborar de manera altruista.
Lo paradójico y lo lamentable de esta JMJ es que el mismo sujeto abyecto y rastrero que ha impulsado la ley del aborto, de la muerte digna, de la retirada de los crucifijos, de la Educación para la bobería, además con la complacencia y complicidad del bobalicón de La Zarzuela, va a estar en primera línea recibiendo a Benedicto XVI, exactamente igual que el monarca, Don Juan Carlos I. Me parece todo un gesto de burla a la inteligencia de las personas. Un tipo que, por ejemplo, no acudió al Xacobeo, cosa inédita e inaudita en un presidente español, pretende ahora quitarse las culpas con una foto de oportunidad, pero además convencido de que lo hará en una recepción en la que se evitará la presencia de público, ya que teme las pitadas ya tan tradicionales cada vez que asoma la jeta por fuera de Moncloa o de Ferraz.
En fin, al final lo que queda de todo esto es que, sin necesidad de recurrir a las redes sociales, sin tener que jeringar la vida de los madrileños, lo cierto es que la JMJ ya ha sido capaz de congregar a cientos de miles de jóvenes en la primera misa de Cibeles y se espera una cifra cercana al millón y medio de ellos (según capacidad prevista, que al final con voluntad serán casi dos) en los actos centrales de Cuatro Vientos. Apuesten a que ni ZapAteo ni las góticas estarán entre la multitud.
1 comentario
Aytami -
http://politica.elpais.com/politica/2011/08/17/actualidad/1313576799_195910.html