Rompetímpanos y sondeos Monago
Los sondeos brillan como la aurora para el Partido Popular, nace esa mayoría para los conservadores y es normal que muchos de los asistentes a la convención luzcan una sonrisa plácida (la preocupación vendrá después, cuando toque gestionar la ruina que deja el PSOE) a la luz de esos datos demoscópicos. Sin embargo, no está de más que alguien le diga a José Antonio Monago que modere su ímpetu orador, esa alegría del que ya se sabe ganador del partido incluso antes de disputarse. Un poco más y le rompe los tímpanos al auditorio. ¡Qué manera de expresarse! ¡qué vehemencia! Vamos, que al político extremeño no le hacía falta coger el altavoz de esos indignados a los que él hacía referencia. Nunca mejor dicho, es un político que habla claro y, sobre todo, alto.
Es verdad que hablando con unos y con otros nadie descarta ya el hundimiento del PSOE en las elecciones del 20 de noviembre. Ya le llaman los jóvenes populares la fecha del fin de los 'ismos'. Primero se acabó con el franquismo y ahora con el rubalcabismo, además éste de la mejor manera, abortando su movimiento. Sorprende, qué duda cabe, este optimismo en el PP, tan acostumbrado a temblar cada vez que los sociólogos les ponían tan cerca del éxito. Ese cambio de actitud al positivismo se percibe en cualquier corrillo que se forma. Pocos piensan ya en una artimaña rubalcabiana que haga voltear las encuestas o que se produzca un recorte milagroso.
Quien más y quien menos también vislumbra un gabinete de Rajoy muy reducido, con sólo diez ministerios en los que estarían los básicos (Empleo, Justicia, Economía, Sanidad y Asuntos Sociales, Agricultura, Educación y Cultura, Interior, Exteriores, Industria y Administraciones Públicas), un recorte brutal de los cargos a dedo y, sobre todo, echarle muchas horas al día aquellos que acaben conformando el equipo de confianza del presidente. Más de uno tendrá que llevarse el saco de dormir al despacho.
Y eso es precisamente lo que más de uno hará para la jornada final de la convención. Se espera un lleno de reventón para este sábado 8 de octubre y los encargados del recinto ya están buscando fórmulas para poder ubicar a todos los que quieren acudir. Se da por sentado que muchos se tendrán que quedar fuera, pero no ya del gran salón de actos, sino incluso fuera del propio Palacio de Congresos, algo que preocupaba a no pocas militantes que en voz baja confesaban tener preparadas sus mejores galas para el acto que pondrá punto y final al evento. Más de uno, no lo duden, se pondrá a la cola como si de un chollo comercial o de las entradas para la final de la Champions se tratara.
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Máximo Medina -