181.000 razones
José Ricardo Martínez, a la sazón líder de la Unión General de Trabajadores en Madrid, tiene a bien ser un personaje peculiar. Y es que el hombre que se ha convertido en el azote, en el fustigador, en el torquemada de los ricachones, resulta que ahora va y se descubre que cobra la nada despreciable cifra de 181.000 euros anuales como consejero en Caja Madrid, amén de otros emolumentos por su puesto de trabajo en Renfe, donde, curiosamente, es liberado sindical. Es decir, este señor no sólo no pega un palo al agua porque, de verdad, me río del arduo trabajo que tiene que hacer un consejero de una entidad financiera, sino que además incita a los demás a que se sumen a esas manifestaciones
pero eso sí, que su monto económico no se lo quite nadie. Así también hago yo proselitismo de clase obrera.
El caso es que este caballero mantiene la tesis de que la cuantía que percibe en Caja Madrid como consejero va íntegramente a UGT (aunque bien es cierto que no ha mostrado un documento que acredite el hecho). Cándido Méndez, secretario general de la central sindical ya se ha apresurado a decir que él no va a entrar en dilemas morales sobre si la cifra que gana Ricardo Martínez es o no criticable. Aquí lo que importa, siempre dando por buenas las afirmaciones del líder de la UGT madrileña, es que la pasta va íntegra para la organización. Eso sí, insisto, dinero de esas temibles entidades financieras que tanto denostan los sindicatos.
Lo que tienen que saber los madrileños y resto de ciudadanos es que este sujeto, el señor Martínez, es el mismo que hace no mucho tiempo dejó a toda una ciudad sin Metro durante varios días, un sindicalista que, lejos de aplicar el diálogo y el consenso como norma principal de convivencia, lo que tiene por principios son la confrontación, ir directamente a por Esperanza Aguirre, perjudicar a la Comunidad de Madrid en todo lo que se pueda. De hecho, este señor es el que pronunció palabras del estilo de que la calle era de él y de los suyos, como si la libertad reivindicativa tuviera un único color y un único apellido.
En fin, dentro de unas horas podremos comprobar cuál ha sido el éxito de la convocatoria sindical en la capital de España y en otras ciudades de la geografía nacional, pero mucho me temo que cuando se conoce ya de buen tinta lo que perciben determinados líderes sindicalistas y que lujos asiáticos se permiten, el seguimiento de la manifestación puede resultar ridículo. Y claro, igual tampoco interesa demasiado follón, que con 181.000 euros de parné algunos tienen aguante para Rato.
El caso es que este caballero mantiene la tesis de que la cuantía que percibe en Caja Madrid como consejero va íntegramente a UGT (aunque bien es cierto que no ha mostrado un documento que acredite el hecho). Cándido Méndez, secretario general de la central sindical ya se ha apresurado a decir que él no va a entrar en dilemas morales sobre si la cifra que gana Ricardo Martínez es o no criticable. Aquí lo que importa, siempre dando por buenas las afirmaciones del líder de la UGT madrileña, es que la pasta va íntegra para la organización. Eso sí, insisto, dinero de esas temibles entidades financieras que tanto denostan los sindicatos.
Lo que tienen que saber los madrileños y resto de ciudadanos es que este sujeto, el señor Martínez, es el mismo que hace no mucho tiempo dejó a toda una ciudad sin Metro durante varios días, un sindicalista que, lejos de aplicar el diálogo y el consenso como norma principal de convivencia, lo que tiene por principios son la confrontación, ir directamente a por Esperanza Aguirre, perjudicar a la Comunidad de Madrid en todo lo que se pueda. De hecho, este señor es el que pronunció palabras del estilo de que la calle era de él y de los suyos, como si la libertad reivindicativa tuviera un único color y un único apellido.
En fin, dentro de unas horas podremos comprobar cuál ha sido el éxito de la convocatoria sindical en la capital de España y en otras ciudades de la geografía nacional, pero mucho me temo que cuando se conoce ya de buen tinta lo que perciben determinados líderes sindicalistas y que lujos asiáticos se permiten, el seguimiento de la manifestación puede resultar ridículo. Y claro, igual tampoco interesa demasiado follón, que con 181.000 euros de parné algunos tienen aguante para Rato.
2 comentarios
Máximo Medina -
Por Público -