Si mal el PP, peor el PSOE
Resulta curioso cuando menos que el desgaste sufrido por el Gobierno del Partido Popular en estos casi 4 meses de gestión no sea capitalizado en número de apoyos para el PSOE. Y es que según el diario de referencia de Ferraz, El País, Mariano Rajoy se pega un batacazo tremendo en el caso de que ahora se celebrasen elecciones, de tal suerte que, en números redondos, pasaría de un 46% de los apoyos al 38%, pero Rubalcaba no cobra ninguna ventaja, sino que también cae ligeramente casi un punto, del 24% al 23%, un dato que resulta significativo y que deja bien a las claras que si existe descontento con el Ejecutivo, la oposición tampoco convence a la hora de ejercer su labor. Es, sin duda, la peor noticia que puede tener España, que en la Moncloa sean flojitos, pero que quien tiene que fiscalizar la labor gubernamental aún sea más débil que el propio Gobierno.
A estas alturas de las película, a nadie se le esconde que las reformas que han tenido que emprender el gabinete rajoyano y las autonomías gobernadas por la marca de la gaviota no son del gusto de los ciudadanos. Se carga demasiado sobre estos, los recortes van directos a la línea de flotación de las economías de las personas que viven de su trabajo, incremento en el IRPF y subidas en servicios básicos, como lo que sucede con el megatarifazo emprendido por Esperanza Aguirre con el Metro, un verdadero atraco al bolsillo de los menos pudientes y con justificaciones que no tienen comprensión alguna.
Justificar por parte de Rajoy, ministros y presidentes autonómicos el sambenito de la herencia recibida es un cuento demasiado manoseado, sabido y que ademán ya es la excusa de mal pagador. Podemos entender que la etapa de ZP fue nefasta para España, pero también vimos al propio presidente del Gobierno cuando estaba en campaña o a María Dolores de Cospedal prometernos que no usarían el argumento de lo mal que habían recibido la gestión de España, que con sus recetas saldríamos adelante. Pero estamos viendo que eso no es así, que al final las cosas se hacen, pero anteponiendo la coletilla de que se ven forzados a esa medida no por pura convicción, sino por la dichosa herencia recibida.
Por eso, y a pesar de lo bajo que ha podido caer la imagen del Gobierno, más preocupante es que el PSOE siga cayendo (mucho más tampoco parece que pueda seguir descendiendo) porque los votantes no ven una alternativa sólida ni a un partido que tenga ideas para regresar a medio plazo a labores presidenciales. Y al final, nos guste o no, si tenemos entidades débiles, esto nos pasará factura y en el concierto europeo y mundial nos van a ver como una nación nada fiable.
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Máximo Medina -