Vivales mediáticos
¡Qué grandes son los consejeros de RTVE! Estos privilegiados de la sui géneris mesa redonda de los caballeros de la corte mediática y catódica del Rey Arturo querían seguir aferrados al chollo que suponía llevarse, en algunos casos, una nómina anual de 120.000 euros, VISA Oro y otra serie de prebendas que, por supuesto, salen de los bolsillos de todos los paganos que diría el genial Daniel Montero. Y claro, como a los niños pequeños cuando les quitas el chupete o el caramelo en la boca, protestan, berrean, patalean y se agarran al clavo ardiendo de que esa medida de tocarles sus privilegios es una injusticia de marca mayor.
Estos calimeros, que además vienen de todas las familias políticas y sindicales de este santo país, vivían perfectamente instalados en la dolce vita, montados sobre billetes de 500 euros y haciendo, supuestamente, insisto, supuestamente, alguna irregularidad que les hace temer ahora mismo que el Gobierno entrante solicite una auditoría que revele, ayayayayayyyyyy, que ha habido un chalaneo con el cobro de dietas por asistencia a reuniones a las que nunca fueron o que, directamente, siquiera existieron.
El Ejecutivo, con el rebote del PSOE, IU, los sindicatos y bueno todos aquellos que no querían renunciar a sus cuantiosos ingresos corrientes y extraordinarios, ha optado porque el tope que cobren estos caballeros sea, como mucho, un 10% de esa cantidad, de tal suerte que al mes siquiera ingresen 1.000 euros, una cantidad que, dicho sea de paso, para sí la quisieran unos cuantos millones de trabajadores de esta santa nación llamada España, entre ellos los 5,6 millones de parados que, según la Encuesta de Población Activa, hay ahora mismo pululando por las calles de nuestro país en busca de una oportunidad laboral.
Obviamente, como estos vivales nunca van a reconocer que su cabreo viene motivado por el fin de sus increíbles ganancia, la queja es que el decretado monclovita sobre la elección y composición del Consejo de Administración de RTVE supone un ataque directo a la pluralidad informativa. En realidad, la única pluralidad que a estos mozos les interesaba era la del número de ceros a final de año en su cuenta corriente.
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Máximo Medina -