El inspector ignorante
Pudiera parecer una broma macabra, una inocentada propia del 28 de diciembre, pero no, se trata de la más cruda realidad, de algo con lo que cualquier pedagogo con un mínimo de coherencia se llevaría las manos a la cabeza. La noticia es que en un centro escolar de Andorra se quieren cargar a una maestra porque enseña demasiado, según rezaba el titular de la nota que llevaba Antena 3 en su página web.
Claro, uno ve el enfoque de la información y lo primero en lo que piensa es ver y constatar que la palabra enseña no lleva comillas simples o va en cursiva (deformación de los que hacemos prensa escrita cuando queremos darle un matiz irónico al asunto). Una vez visto que no, que el título no encierra ningún doble sentido, que no estamos hablando de una docente descocada y provocadora que quiere mostrarles a sus alumnos otro tipo de geografía, pasamos a escrutar el resto del texto y vemos como la palabra enseñar adquiere su más grande significado desde la óptica de la docencia.
Y es que nuestros vecinos andorranos se han puesto excesivamente pijoteros con una profesora de educación infantil de la Escola Espanyola de Escaldes-Engordany, ya que podría ser despedida por enseñar demasiado a sus alumnos, de 4 y 5 años. Ese exceso de celo educativo ha provocado, pásmense ustedes, que los once niños que forman su clase ya sepan leer, sumar, restar, y empiezan a escribir. Por lo pronto, la educadora ha sido apartada de su puesto en base al informe de un inspector de Educación.
Además, según añade el informe, que debe estar escrito por un burro con dos patas, aconseja despedir a la profesora y que vuelva a España, justificando que los alumnos tienen un nivel demasiado alto, que no se corresponde al desarrollo curricular de ese curso escolar. Esto ya es de nota, pero negativa para el genio que ha redactado el escrito y encima se atreve a hacer sugerencias varias.
El caso es que, menos mal, siempre hay quienes ponen un punto de cordura y en este caso han sido los padres los que, indignados con la posibilidad de perder a la que consideran una excelente profesional, alegan que en un punto de la ley de Educación española se expone que se ha de ofrecer unos mínimos de enseñanza, pero en ningún caso se menciona que haya unos máximos. Una de las madres opina que el motivo por el que están tan avanzados con respecto a su edad es porque están "hipermotivados" por la profesora. "Los niños piden y ella les da más", asegura.
La lucha de las familias afectadas por la decisión ha conseguido el compromiso del centro de que la profesora seguirá al menos hasta que acabe el curso escolar, en un par de meses, pero con la condición de que rebaje el ritmo de enseñanza. En fin, supongo que a estas horas esta profesora estará buscando asilo en Suiza, Estados Unidos o Alemania, países donde no creo que exista un inspector tan cateto, cazurro y estrecho de miras que sólo busque cercenar el desarrollo de unos alumnos que sólo quieren ser los mejores y que tienen la fortuna de tener a una excelsa motivadora.
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Máximo Medina -