El rayo que no cesa: Dúplica al IES María Rosa Alonso
Atendiendo a todas las partes, aquí va la dúplica de la señora Elena Vinent a la respuesta ofrecida en este mismo espacio por los responsables de IES María Rosa Alonso:
Me acojo a mi derecho de réplica en la misma plataforma que ustedes han utilizado aunque dispongo de muchas más desde donde poder lanzar mi opinión al respecto, pero va a ser tan corta y breve mi explicación que no voy a robarles mucho tiempo de sus vacaciones ni voy a perder yo parte del mío que considero mucho más valioso.
Este domingo pasado tuve con ustedes una charla donde comprendían mis preguntas sin solución y ustedes mismos reconocían carecer de ellas también. Así que para que no lleve a confusiones voy a copiar y pegar su alegato final que yo acepté como una clara disculpa:
IES María Rosa Alonso
Siento lo que te ha pasado, pero la secretaria solo puede manifestar lo que se le transmite desde la Consejería, te vuelvo a repetir. Reconozco que ha habido escasez de información, no del centro a sus posibles alumnos, que puede ser,pero porque solo podemos transmitir lo que se nos informa. A veces tenemos que dar información o transmitirla cuando a los propios centros no se les facilita y se les remite a los documentos oficiales publicados en BOC o en BOE y eso es lo que podemos decirle a los alumnos. Este año han recortado un CAE, y solo podemos tener uno, al menos presencial. A distancia nos han concedido tres pero luego solo admiten a X número de alumnos y nos dicen que tienen que ir a resultas. Creo que la Consejería ha actuado con buenas intenciones pero no estaba todo bien planificado y eso se ha notado en varios aspectos. El centro solo tiene potestad para colgar las listas. Ha habido gente en otro centro, por ejemplo, y te lo digo de buena mano, que estaba admitida en un ciclo y en las definitivas apareció la 6 de la lista de reserva. Eso los centros no lo podemos controlar, viene regido desde la propia Consejería.
Hasta ahí todo claro por mi parte y acato sus nulas posibilidades para poder hacer algo más.
Lo que no considero de recibo, es que hoy lunes, hayamos dado un giro de ciento ochenta grados y se permitan entrar en el insulto y terreno personal, cuestión que me resulta del todo inaceptable y dice mucho de ustedes. Mi nombre siempre ha estado a la vista y el suyo se ampara en algo tan impersonal como el nombre de un instituto.
Que de mi persona se diga: “evidencie mostrar un grado de inmadurez impropio de alguien que aspira a tratar con personas vulnerables como son los enfermos y sus familiares”. Tan solo puede ser redactado por una persona que evidentemente ni siquiera se ha dignado a tener una charla cara a cara conmigo y que NO me conoce en absoluto, lo cual da al traste con sus explicaciones dadas el pasado domingo.
Tan solo reclamaba explicaciones ya que al serme entregado todo el papeleo que rellené y pagué sus tasas correspondientes, me dijeron en la secretaría del instituto que tan solo el resultado de los exámenes sería el de APTO o NO APTO, jamás hablaron de notas (aunque siga siendo la segunda de su instituto).
Al ver los resultados obtenidos y después de las felicitaciones de algunos de sus profesores (aunque usted D. X, no se lo crea) y viendo que me quedo sin plaza para optar a dichos estudios, realizo las oportunas preguntas a la secretaria del centro (que no se encontraba en su puesto de trabajo) la cual me responde que “Ella no sabe nada y que tan solo está allí para recoger papeles”.
Metidos en recortes… ¿Por qué no eliminamos el puesto de secretaria y colocamos en su lugar un cajón con un cartel que ponga: “deposite aquí los papeles a entregar”? Un sueldo menos y obtendríamos la misma eficacia en el resultado.
Me siento muy orgullosa de haber demandado lo que consideraba era de justicia pero más orgullosa me siento de que usted no haya obtenido ninguna mala palabra ni insulto por mi parte y usted haya hecho gala de un mal gusto por su parte al juzgar a una persona que no conoce y caer en el juego más antiguo y sucio de la humanidad que es insultar e intentar humillar cuando uno se queda sin argumentos.
Atentamente: Dña. Elena Vinent
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JUAN PADILLA GARCIA -