Sableo al turismo
Así cuida (del mal, por supuesto) Barcelona su turismo. El acceso a la parte más visitada de la zona monumental del Parque Güell estará regulado a partir de otoño y los turistas deberán pagar, por primera vez, una entrada que costará, como mínimo 5 euros. Y lo mejor de todo es que sueltan esto sin anestesia, como si la gran obra de arte de Gaudí la hubiese comprado el Consistorio y tuviese ahora que amortizarla; eso sí, con el dinero de los visitantes.
Lo mejor son las explicaciones que aporta una iluminada cuarta teniente de alcalde de la Ciudad Condal, la señora Maite Fandos, que argumenta que los visitantes tienen que rascarse el bolsillo por dos motivos: para regular el acceso y por la convicción de que el desgaste del Parque Güell no tiene que soportarlo el ciudadano de Barcelona. Dice que es un monumento protegido por la UNESCO y exige un mantenimiento que cuesta mucho dinero a los ciudadanos de Barcelona. Y claro, qué mejor idea, habrá pensado esta señora, que esto lo paguen el resto de españoles y extranjeros.
Lo que no nos dice la señora Fandos es cuánto le cuesta al Consistorio de Barcelona el mantenimiento de la escalinata del dragón de Gaudí, la sala hipóstila, la plaza y el pórtico de la Bugadera, pero estoy convencido de que a 5 euros por barba barbilla al final la institución barcelonesa recaudará más de lo necesario y entonces mucho nos tememos que otros puntos de interés de la Ciudad Condal que aún son gratis también se verán asaltados por una suerte de políticos que sólo saben sacar dinero a los ciudadanos, pero no invertirlo de manera adecuada.
Esperemos que la idea no tenga continuidad en otras ciudades. ¿Se imaginan ustedes que en Madrid cobrasen a los turistas por acceder al Parque de El Retiro? No lo quiero ni imaginar ni darle ideas a la señora Ana Botella. Eso sí, en otros lugares, como el Parque Nacional del Teide, ya se lleva tiempo madurando la idea de clavar una tasa a quienes suban a la zona de Las Cañadas. De momento, de forma infructuosa, pero cuando los políticos persiguen sablearnos el bolsillo acaban sacando su propuesta adelante.
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Máximo Medina -