Los clientes son los culpables, señor juez
Rodrigo Rato nos ha regalado una comparecencia parlamentaria para explicar el affaire de Bankia digna de entrar en los anales de la historia del surrealismo. El ex presidente de la entidad banquera, según su testimonio, parece que simplemente pasó por allí durante todos esos años, que la fusión entre Caja Madrid y Bancaja se hizo contra su voluntad y que la salida a bolsa fue también una expresa petición del Gobierno socialista. Todo muy bonito, muy edulcorado. De hecho, sólo faltaban allí en la sala de comparecencias un grupo de mariachis para amenizar la astracanada.
Por desgracia, la realidad dista mucho de parecerse con el cuento que nos ha endilgado Rato, esa especie de gurú económico del PP que al final terminó por convertirse en un verdadero bluff y en un especialista en largarse de los sitios antes de que la tormenta perfecta estallase. Lo hizo en el Fondo Económico Internacional y luego de la presidencia de Bankia. En un sitio, llegó la crisis económica mundial que pareció no verla el FMI y de la entidad financiera se las pira a vela llena cuando ve venir que aquello se pone feo a más no poder, es decir antes de que el Gobierno tuviese que nacionalizar un agujero negro.
De todas maneras, el hecho de que Rato, como el resto de comparecientes que están desfilando por el Congreso, salga vivo de cualquier contingencia la tiene un sistema que permite a los diputados de uno y otro bando organizar el invento de tal manera que ni los afines del PP le meten el rejonazo a los invitados del PSOE y viceversa. La comisión parlamentaria, lejos de servir para esclarecer algo, está sirviendo para justo lo contrario, es decir poder tener entretenido al personal dando una apariencia de que aquí se está aclarando todo cuando en realidad se está corriendo un tupido velo de desvergüenza ante una situación atroz.
Al final, como también pasó con el señor Ganoso, de Caixanova Galicia, la culpa del agujero financiero de Bankia no la van a tener los directivos, ni siquiera los directores de las sucursales o el empleado de la ventanilla de pagos. No, la responsabilidad será de unos clientes que apostaron por ser accionistas de una entidad bancaria para sacar un beneficio. He ahí los culpables, señor juez, los cientos de miles de clientes que han querido sablear a la pobre Bankia. Normal que aten con cuerda los bolígrafos. Si es que somos unos chorizos de tomo y lomo.
2 comentarios
Máximo Medina -
Maria Hernandez -
Cualquier día le invito a mi mesa.
Conozco personalmente a un prejubilado de esos que se han quedado mano sobre mano sin saber qué hacer con su vida, salvo echar una partida a las cartas a media tarde...y reunirse de vez en cuando entre ellos para lamentarse...
Les han pagado una pasta si, pero ahora ¿a que dedican su tiempo libre? Toda esa experiencia acumulada a base de trabajo se va al garete.
Los nuevos directivos, savia nueva, solo piensan en como arañar unas cuantas comisiones, de todo tipo, por descubierto, por devolución de recibos,....hasta por dar los buenos días al entrar cobran comisión. Les gustan todas salvo las de investigación. No son listos ni nada.
Es mas, no dan ni la mano para saludar sino que la ponen bocarriba,en forma de cuenco, como mendigos.
¿Y todo esto de quien es culpa?
Ah! Yo no he sido.
Yo pasaba por allí.
@MMariaHs