La playa infumable de Julio Pérez
El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, ese que está dirigido verbigracia por el dúo Bermúdez-Pérez, se saca de la chistera de las ocurrencias vacuas una idea con la que pretende sacarle pasta a los ciudadanos, especialmente a los fumadores, colectivo cada vez más denostado en esta sociedad y por una administración que persigue a los nicotinosos, pero luego bien que se forra a costa de los caros impuestos del fumeque. Pero bueno, para no perdernos en historias burocráticas, lo cierto es que el Consistorio tinerfeño busca fórmulas para evitar el consumo de tabaco en la playa de Las Teresitas o, dicho de otra manera, pretende prohibir que se fume en la arena.
El impulsor de esta medida, el siempre ocurrente Julio Pérez, ya ha manifestado su poca fe en que se pueda dar carta verde a esa norma porque se está hablando de un gran espacio abierto, sin cercanía de colegios o centros de salud a su alrededor. Por ello, a sabiendas de que no se podrá llevar a cabo, sí propone una fórmula acertada, la de sancionar con 150 euros de multa a quienes tengan el feo gesto de arrojar la colilla a la arena, una escena que se repite con demasiada frecuencia, pero no sólo en la propia playa, sino en cualquier lugar de la isla. De hecho, diré el pecado, pero no el pecador, tengo un amigo que sería campeón olímpico de lanzamiento de colilla, a veces incluso la lanza desde su propio establecimiento. Con él, el Ayuntamiento capitalino se habría hecho de oro hace muchos lustros.
El problema que le veo a esta medida, no el de prohibir fumar en la playa de Las Teresitas, que eso no se puede aplicar, sino al de imponer las sanciones, es saber cómo pretende el señor vicealcalde de Santa Cruz de Tenerife llevar a cabo esa ordenanza. ¿Pondrá un agente por metro cuadrado para vigilar estrechamente lo que hacen los bañistas en la arena? ¿Se pondrán detectores para que salte la alarma cada vez que una colilla caiga al suelo? ¿Se impondrá la misma sanción cuando se arrojen los envases de helados, refrescos, papel de plata donde va envuelto el bocadillo, los pañales y compresas usadas o las botellas de cerveza que acaban inevitablemente rotas para que alguien, también inevitablemente, se acabe cortando un dedo?
Tengo claro, por la experiencia que dan los años y el conocimiento de este tipo de campañas, que la efectividad de medidas como ésta es nula, pero que son necesarias como los malos que continuamente atacaban a Bruce Lee para que éste pudiera lucirse. Julio Pérez ha conseguido su foto de portada o apertura a cuatro columnas en la zona noble de los diarios tinerfeños, pero su idea acabará olvidada al igual que todos también dejaremos de recordar la caricia de un nuevo verano que ya ha pasado su llameante ecuador.
Le adjunto con detalle la relación de medidas de los muebles y fotos de los mismos. El único requisito es que usted deberá venir a recogerlos a nuestro domicilio. Este es nuestro número de teléfono: 636 178771
LIBRERIA
Largo 2,10, Alto, 2.00, Ancho por la parte baja 0.45 y ancho por la parte alta 0,30
TRESILLO
Largo 1,80 y ancho 0,80
BUTACONES
Largo, 0.85 y Ancho 0.78
DORMITORIO JUVENIL (Cuatro módulos)
Altura 2.38 (Los altillos son de 0,78)
Escritorio (ancho) 0.65
Cama abatible (ancho) (0.93)
Estantes (ancho) (0.75)
2 comentarios
Máximo Medina -
Maria Hernandez -
Eso de prohibir tirar colillas y todo tipo de objetos, hasta los mas intimos que utilizamos las mujeres (esto ultimo me parece de autentica guarreria) en la playa mucho me temo que es una tarea harto dificil. Es como intentar poner puertas al campo.
Desde luego, si el señor "arcarde" no tiene ocurrencias mejores, apaga y vamonos...
Bueno, siempre tiene que haber serpientes de verano...
Lo que se necesita es una buena educación desde la infancia y eso, hoy en dia, es mas dificil de encontrar que una aguja en un pajar.
Claro que mejor tirar las colillas en la playa que no en el monte, que luego pasa lo que pasa...
@MMariaHs